La actividad física es importante para mantener un cuerpo sano y de acuerdo con diversos estudios científicos, una de las maneras más sencillas de lograrlo es caminando.
Según National Geographic, investigaciones recientes de la Universidad de Harvard demuestran que “estar sentado puede ser más perjudicial para la salud que fumar”, por lo que salir a dar un paseo puede ayudar a prevenir muchas dolencias.
Además, esto beneficia al cuerpo de múltiples maneras, pues fortalece los músculos, protege las articulaciones, mejora el sistema inmunológico y ayuda a reducir múltiples dolencias pero al caminar rápido se pueden obtener otros beneficios.
Algunos beneficios de caminar rápido
De acuerdo con el doctor Mauricio, conocido en redes sociales como doctor Mau, “caminar rápido se define como caminar a cuatro millas por hora, lo que equivale aproximadamente a 6 kilómetros por hora”.
El especialista en nutrición y medicina interna señala que para saber si se está caminando a la velocidad e intensidad requerida se puede comprobar intentando hablar. Si no se puede dialogar de una manera fluida o sostener una conversación, entonces la actividad está en su punto exacto.
De acuerdo con diferentes artículos científicos como “Comparación del ejercicio moderado y vigoroso de caminata para reducir la depresión en adultos de mediana edad y mayores” publicado en la revista europea de ciencias del deporte, señalan que caminar rápido se vincula a una frecuencia cardíaca más lenta, y en palabras del doctor Mau esto “significa que el corazón está mejor entrenado”.
Además menciona que realizar esta actividad 30 minutos al día “se asocia con una disminución en la presión arterial diastólica y sistólica, lo que a su vez reduce el riesgo de embolias” y afirma que “incluso puede ayudar a que se reduzca la incidencia de infartos hasta en un 19%”.
También menciona que desde su perspectiva, “caminar rápido se asocia con la disminución de grasa abdominal, la cual se relaciona con un estado proinflamatorio, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2″.
Esta opinión puede verse respaldada por el estudio “El impacto de la intensidad del entrenamiento físico en las adaptaciones fisiológicas y la resistencia a la insulina en mujeres con obesidad abdominal”, publicado por el Instituto Multidisciplinario de Publicaciones Digitales (MDPI por sus siglas en inglés), una editorial de revistas científicas de acceso abierto, menciona que hubo disminución significativa tanto en la masa como en la grasa corporal total con una reducción de peso en las personas”.
El doctor Mau señala que incluso resulta beneficioso para mejorar la memoria, el aprendizaje y la función ejecutiva, lo que significa que contribuye a que se tomen decisiones más eficientes.
Un aliado contra la depresión y la ansiedad
Aunque la intensidad adecuada de la actividad física para aliviar la depresión en adultos de mediana edad y mayores sigue sin estar clara, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos y los adultos mayores acumulen alrededor de 150 y 300 minutos de actividad física moderada o de 75 a 150 minutos de actividad física vigorosa por semana.
A partir de estas cifras se realizó el ensayo aleatorio controlado titulado “Comparación del ejercicio moderado y vigoroso de caminata para reducir la depresión en adultos de mediana edad y mayores” publicado en la Revista Europea de Ciencias del Deporte, lo que demostró que se reducían los niveles de depresión.
“La caminata moderada de 150 minutos durante 12 semanas y el ejercicio de caminata vigorosa de 75 minutos reduce de manera similar la gravedad de la depresión en adultos de mediana edad y mayores”, señala el estudio.
De acuerdo con la misma publicación, “las intervenciones de ejercicio de caminata de 12 semanas redujeron significativamente la gravedad de la ansiedad concomitantemente con una mejor calidad de vida y la aptitud cardiorrespiratoria en adultos de mediana edad y mayores con depresión”.