De acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), México se posiciona como el país con el mayor porcentaje de trabajadores afectados por el estrés laboral, también conocido como burnout o síndrome de quemarse en el trabajo. En 2023, se reportó que el 75% de los mexicanos económicamente activos padece este trastorno, colocando a la nación por encima de otros gigantes económicos como China y Estados Unidos, pero ¿ en qué consiste este padecimiento que acompleja a la población?
El burnout es un síndrome que se caracteriza por un desgaste físico y mental extremo, acompañado de una despersonalización del trabajo y una significativa disminución en la productividad. La OMS ha clasificado este padecimiento como una afección seria, que impacta tanto la salud mental como la física de los empleados. Quienes lo sufren suelen experimentar frustración, desmotivación, indiferencia y una sensación de baja realización profesional.
Los factores detrás del <i>burnout</i>
El principal factor que contribuye al desarrollo del burnout es el entorno laboral. Los trabajadores que enfrentan condiciones de trabajo desfavorables como jornadas laborales excesivas, altos niveles de estrés, falta de apoyo o mala relación con los compañeros, son más propensos a experimentar agotamiento crónico. Algunos elementos que pueden desencadenar este problema son:
- Sobrecarga de trabajo: Las expectativas poco realistas y las tareas excesivas son factores determinantes.
- Presión por los plazos: El constante estrés por cumplir con tiempos de entrega que superan las capacidades individuales es un catalizador importante.
- Falta de autonomía: La escasa libertad para tomar decisiones o gestionar el propio tiempo aumenta el nivel de estrés.
- Relaciones interpersonales conflictivas: La carencia de comunicación efectiva y apoyo entre compañeros y superiores contribuye al agotamiento.
- Ambigüedad de roles: La falta de claridad en las responsabilidades genera frustración y desorientación.
- Mal ambiente organizacional: Un entorno de trabajo tóxico, con mala infraestructura y escasa motivación, puede ser un caldo de cultivo para el burnout.
Estrés vs. <i>burnout</i>: ¿Cuál es la diferencia?
Aunque ambos conceptos se vinculan estrechamente, es importante no confundir el estrés con el burnout. El estrés laboral es una respuesta normal ante la presión, que en dosis moderadas puede incluso ser motivador para algunos empleados.
Sin embargo, cuando esa presión se vuelve constante y abrumadora, puede desencadenar el burnout, una condición mucho más grave que genera agotamiento físico y emocional. Mientras que el estrés puede gestionarse de forma efectiva en algunos casos, el burnout lleva a consecuencias devastadoras para la salud de la persona afectada.
¿Quiénes están más en riesgo?
El burnout no discrimina, pero ciertos grupos de trabajadores tienen mayor riesgo de desarrollarlo. Profesiones como la medicina, enfermería o educación son particularmente vulnerables, debido a la constante interacción con el público y las altas demandas emocionales. Además, las personas con antecedentes de ansiedad o depresión, así como aquellas que experimentan altos niveles de perfeccionismo o autoexigencia, son más propensas a sufrir de agotamiento.
Estrategias de prevención
Prevenir el burnout debe comenzar en el mismo lugar de trabajo. Las empresas deben identificar los factores que generan estrés y ansiedad en sus empleados y tomar medidas efectivas para reducirlos. Mejorar la organización interna, ofrecer herramientas adecuadas para realizar las tareas y fomentar un ambiente de trabajo saludable son pasos cruciales para evitar este problema.
A nivel individual, los trabajadores pueden adoptar estrategias de afrontamiento, como establecer límites claros, comunicarse de manera asertiva y buscar un equilibrio entre su vida profesional y personal.