En qué partes del cuerpo humano se pueden alojar microbios según la ciencia

En diferentes zonas viven e incluso conviven múltiples grupos de bacterias que existen para asegurar la salud de las personas pero también pueden relacionarse con las enfermedades

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De acuerdo con la UNAM, el cuerpo humano cuenta con múltiples bacterias en diferentes zonas para protegerlo aunque muchas pueden ser patógenas. (CSIC)
De acuerdo con la UNAM, el cuerpo humano cuenta con múltiples bacterias en diferentes zonas para protegerlo aunque muchas pueden ser patógenas. (CSIC)

Los microorganismos son seres vivos o sistemas biológicos que sólo pueden visualizarse con el microscopio y a diferencia de las plantas o los animales, su organización biológica es elemental pero se encuentran en todos lados, incluso en el cuerpo humano.

Según información de Ciencia UNAM, estos microbios habitan en diferentes áreas de una persona con propósitos diversos entre los que está contribuir en su desarrollo, fisiología, inmunidad o nutrición y a esto se le conoce como microbiota.

Pese a que su propósito es aportar al bienestar de los humanos, al sufrir descompensaciones pueden llegar a ser perjudiciales y causar algunos problemas que si no se atienden de forma correcta pueden ser graves. De acuerdo con “Microbiota. Mundos microbianos nos habitan” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), varias infecciones y enfermedades se producen por un desequilibrio en las poblaciones bacterianas del organismo

Dónde se alojan microbios

La UNAM compartió información en la que es posible conocer algunas complicaciones originadas por una descompensación de bacterias. (Ciencia UNAM)
La UNAM compartió información en la que es posible conocer algunas complicaciones originadas por una descompensación de bacterias. (Ciencia UNAM)

Los microorganismos que habitan el cuerpo son muy diversos y pueden ser desde virus hasta bacterias que sin equilibrio llegan a producir infecciones o colonizar de forma dañina, por lo que es importante mantener una alimentación balanceada y una higiene adecuada.

Aunque las bacterias conviven a diario con las personas, algunas zonas como los ojos y el tracto intestinal son susceptibles de alteraciones debido a que su equilibrio es muy delicado.

La piel es una de las primeras barreras de defensa de las personas y aún así, es un lugar propicio para que las bacterias colonicen y dañen gravemente al órgano más grande del cuerpo.

Otra zona en la que se pueden alojar los microbios es en las vías respiratorias, en donde pueden estar tanto en la parte superior como en la inferior y es común encontrarlos en la nariz o la faringe.

El sistema urinario también es un sitio susceptible para la colonización bacteriana. En la mayoría de los casos, la orina es estéril, pero los microorganismos pueden llegar a la uretra y la vejiga, causando infecciones urinarias.

La cavidad bucal es otro lugar donde las bacterias tienen una presencia natural y abundante. El microbioma bucal incluye más de 700 especies bacterianas.

Otras zonas en las que se alojan bacterias

En múltiples ocasiones las bacterias pueden afectar significativamente el funcionamiento del cuerpo humano, por lo que se recomienda mantener una higiene adecuada en todo momento. (DAVID DORWARD/NIAID)
En múltiples ocasiones las bacterias pueden afectar significativamente el funcionamiento del cuerpo humano, por lo que se recomienda mantener una higiene adecuada en todo momento. (DAVID DORWARD/NIAID)

El tracto gastrointestinal humano es uno de los ambientes más ricos y complejos en cuanto a biodiversidad bacteriana. Se estima que el intestino humano alberga más de 100 billones de bacterias, que representan una parte significativa de la microbiota intestinal, “responsable de la especialización del epitelio intestinal, la producción de inmunoglobulina A (IgA) y el mantenimiento del equilibrio del sistema inmune”, según lo que señala la Facultad de Medicina de la UNAM en el artículo “Sistema inmune y microbiota”.

De acuerdo con la publicación, también ayuda a prevenir enfermedades como las alergias, el asma bronquial y aquellas que son autoinmunes.

Sin embargo, algunos factores pueden alterar la microbiota y predisponer a las personas a sufrir algunos problemas de salud como el nacimiento por cesárea, el uso temprano de antibióticos o una lactancia materna inadecuada pues llegan a afectar negativamente la colonización por microbiota comensal, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades.

“La microbiota intestinal y los seres humanos han evolucionado aplicando mecanismos conjuntos para el beneficio mutuo”, señala el artículo Sistema inmune y microbiota.

El ojo también es susceptible a infecciones bacterianas. Aunque la superficie ocular tiene mecanismos de defensa como las lágrimas, que contienen enzimas bactericidas, ciertos patógenos pueden provocar infecciones.

De acuerdo con la tésis “Asociación de los cambios en la microbiota de la superficie ocular y adaptaciones metabólicas microbianas en pacientes con Pterigión de un centro oftalmológico de tercer nivel en la Ciudad de México” de la doctora Lucero Ramírez Barajas, la microbiota ocular cuenta con una comunidad de microorganismos que habitan en la superficie del ojo.

Su composición tiene tanto bacterias beneficiosas como otras que son altamente patógenas. Estas ayudan a regular diversos procesos en el ojo que van desde el metabolismo hasta las funciones fisiológicas e inmunológicas.

Algunas en específico pueden jugar un papel importante en el funcionamiento de la mucina, una sustancia que protege y lubrica el ojo, generando una retroalimentación que puede reducir el crecimiento de bacterias perjudiciales.

Sin embargo, esta microbiota también puede tener efectos negativos debido a que su equilibrio es muy delicado. Cambios en su composición como el crecimiento excesivo de ciertas bacterias patógenas, podrían estar relacionados con enfermedades del ojo.

En el caso de la pterigión, por ejemplo, un microambiente alterado podría permitir que ciertos tipos se adapten y crezcan en formas que contribuyen a la enfermedad. La presencia de un microambiente oxidativo, asociado a condiciones como la pterigión, puede desencadenar actividades metabólicas en estas bacterias que, aunque les permiten sobrevivir en un entorno adverso, podrían estar involucradas en el empeoramiento o persistencia de la enfermedad.

“Considerando además, que gran número de estas bacterias se clasifican como patógenas, encontrarlas en la superficie ocular normal establece nuevas perspectivas en el estudio de sus interacciones con la regulación inmunológica” señala Lucero Ramírez Barajas, enfatizando que “esto resalta la importancia de entender cómo estas bacterias, aunque patógenas, pueden estar presentes de manera equilibrada en una microbiota ocular sana y qué implica su desregulación”.

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