La mandarina es una de las frutas que más se producen en México y es parte fundamental de la agricultura del país, siendo el principal exportador a nivel mundial.
Según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de México, este cítrico se cultiva principalmente en Veracruz, Colima, Michoacán, Tamaulipas y Puebla debido a que el clima subtropical de las regiones es el más propicio para el crecimiento de la planta y el primer estado es uno de los mayores productores, seguido por otros del sureste y del oeste de México.
Gracias a que es una fruta muy presente en el país y a su riqueza en vitamina C, la mandarina suele ser consumida durante los periodos de otoño e invierno para fortalecer el sistema inmunológico ya sea consumiéndose en jugos, postres, salsas o ensaladas.
Sin embargo, los beneficios que puede aportar a la salud están presentes más allá de la pulpa y el jugo, por lo que diferentes investigaciones comenzaron a analizar las semillas, aunque la mayoría de los estudios se han enfocado más en los beneficios de la pulpa y el jugo de las frutas.
Cuáles son los beneficios potenciales de las semillas de mandarina
De la misma manera que otras semillas de cítricos, las propiedades antioxidantes naturales de la mandarina están presentes en flavonoides, polifenoles y en la vitamina C. Estos compuestos son los responsables de neutralizar los radicales libres en el cuerpo, permitiendo que se reduzca el estrés oxidativo y, a su vez, contribuyen a la protección de las células contra el envejecimiento prematuro y las enfermedades crónicas según lo que menciona la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.
Este descubrimiento es reforzado por estudios sobre antioxidantes y beneficios de frutas cítricas de la Revista de química agrícola y alimentaria de la Sociedad Americana de Química de Estados Unidos, en los que señalan que “las semillas de cítricos son ricas en flavonoides y otros antioxidantes que contribuyen a la protección celular”.
En la misma nota de la Secretaría de Agricultura se especifica que las mandarinas aportan múltiples beneficios y entre ellos está la producción de sinefrina, un alcaloide que frena la producción de colesterol en el cuerpo y ayuda a reducir la grasa corporal.
Otra de sus propiedades es que “reduce el nivel de insulina, por lo que el azúcar no se almacena ni se convierte en grasa sino que se transforma en energía, hecho que también contribuye a la pérdida de peso” según la información compartida por la Secretaría de Agricultura.
Entre sus beneficios también destacan sus elementos antimicrobianos que evitan la llegada de virus y bacterias, hecho que impide que las heridas se infecten. Con el paso del tiempo se han desarrollado productos hechos con semillas de mandarina y estos podrían ayudar a combatir infecciones, manteniendo una buena salud intestinal.
Otras ventajas de las semillas
A lo largo de los años en diferentes lugares se han utilizado las semillas de la mandarina de maneras diversas que van desde infusiones hasta aceites o polvo y se ocupan para aromaterapia, control de plagas e incluso para el cuidado de la piel debido a que es útil en el crecimiento de nuevas células y tejidos, lo que también ayuda a curar heridas más rápido.
Además, la vitamina C, es conocida por su papel en la producción de colágeno y en la protección de la piel contra los daños causados por los radicales libres.
Se cree que las semillas de esta fruta también contienen elementos que promueven el movimiento intestinal y mejoran la absorción de nutrientes pero se recomienda consultar a un experto antes de iniciar un tratamiento sin conocimiento previo, pues algunos cítricos tienen en sus semillas compuestos que pueden ser tóxicos si se ingieren en grandes cantidades, un claro ejemplo de ello son los glucósidos cianogénicos, que liberan cianuro cuando se metabolizan.
Sin embargo, en las cantidades típicas de consumo, estos compuestos no suelen representar un riesgo significativo.