Si estás siguiendo una dieta y deseas disfrutar de una copa de vino, una jarra de cerveza o un caballito de tequila, es importante hacerlo de manera consciente. No es necesario eliminar el alcohol por completo de tu vida, pero sí seleccionar el momento y las cantidades adecuadas para que tus esfuerzos por mantenerte en forma no se vean comprometidos.
El consumo de cerveza, por ejemplo, está a menudo asociado con reuniones sociales, cenas familiares o celebraciones, y tiende a concentrarse en horarios nocturnos. Sin embargo, esta práctica podría no ser la más beneficiosa para tu salud, especialmente si buscas conservar un buen equilibrio en tus ciclos de sueño y tu bienestar general.
Los ritmos circadianos son los ciclos biológicos que nuestro cuerpo experimenta a lo largo de 24 horas, influidos por la luz y la oscuridad. Estos ritmos son fundamentales para regular el sueño, la digestión, la liberación hormonal y la temperatura corporal. La evidencia científica muestra que el alcohol interfiere especialmente en la fase REM del sueño, que es cuando ocurren la mayoría de los sueños. Esta interrupción puede derivar en problemas de insomnio o un descanso poco reparador.
Este es el mejor horario para beber cerveza
Un estudio de 2012 reveló que los síntomas frecuentes de insomnio están asociados a un mayor riesgo de consumo excesivo de alcohol, creando un ciclo vicioso donde ambos factores se alimentan mutuamente. Por lo tanto, aunque pueda parecer extraño, consumir cerveza por la mañana puede ser una opción más saludable, siempre que se haga con moderación. Al beber cerveza en las primeras horas del día, le das a tu cuerpo más tiempo para metabolizar el alcohol antes de la noche, lo que reduce el impacto en tus ritmos circadianos.
Además, disfrutar de cerveza en la mañana puede facilitar la absorción de sus propiedades beneficiosas. Cuando se consume en cantidades moderadas, la cerveza puede favorecer la digestión, especialmente si se combina con ciertos alimentos que vayan de la mano con un buen maridaje. Contiene antioxidantes, vitaminas del grupo B, y minerales como el magnesio y el potasio, que pueden contribuir a la salud cardiovascular y a la densidad ósea, además de reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2.
Si decides probar esta idea, asegúrate de hacerlo en un contexto que favorezca tu salud. Acompañar la cerveza con un desayuno equilibrado que incluya proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos te ayudará a absorber el alcohol de manera más eficiente y a proporcionar una base nutritiva para el día.
Otra estrategia es optar por cervezas con menor contenido de alcohol, como las cervezas ligeras o artesanales de baja graduación. En resumen, aunque suene poco convencional, disfrutar de una cerveza por la mañana puede ser una forma inteligente de no afectar tu ciclo de sueño y, al mismo tiempo, aprovechar sus beneficios para la salud.