Mitos y realidades de las proteínas en polvo

Realizan la mayor parte del trabajo en las células y son necesarias para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo

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Imagen de proteína en polvo,
Imagen de proteína en polvo, que puede suponer numerosos riesgos para la salud (ShutterStock España)

El mundo fitness y la nutrición deportiva son dos ámbitos que desde hace algunos años forman parte de la vida de cientos, miles, quizá millones de personas por cuestión estética, salud e incluso moda.

Uno de los elementos primordiales que requiere el cuerpo humano cuando es sometido con regularidad a una transformación interna, por ende externa, son las proteínas las que realizan la mayor parte del trabajo en las células y son necesarias para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo.

Rompiendo mitos

Contienen en su estructura carbono, oxígeno, nitrógeno, hidrógeno y muchas veces también azufre, una de las formas óptimas para obtenerlas es a través de los alimentos, sin embargo, los procesos tecnológicos han permitido simplificarlas hasta convertirlas en polvo. Sin embargo, al momento de elegirlas las personas se enfrentan no solo a diversas opciones, sino a mitos sobre su consumo como:

  • Las proteínas en polvo son solo para fisicoculturistas.
  • Las proteínas en polvo hacen subir de peso.
  • Todas las proteínas en polvo son iguales.

De acuerdo a la International Society of Sports Nutrition, las fuentes comunes de proteínas incluyen la leche (suero y caseína), el huevo y los polvos a base de soya; tales suplementos están diseñados para las personas que buscan aumentar su ingesta proteica, siempre bajo la supervisión médica. Es fundamental recordar que son un suplemento alimenticio, no un sustituto de una dieta equilibrada.

De igual modo, Existen diferentes tipos en polvo, cada una con sus propias característica cuya elección dependerá de los objetivos y necesidades de cada persona.

Opción ideal

Al elegir una proteína en polvo, se deben considerar los siguientes factores:

— Fuente de proteína. Optar por la que se adapte a las necesidades dietéticas y preferencias.

— Perfil de aminoácidos. Asegurarse de que la proteína contenga todos los aminoácidos esenciales.

— Evitar azúcares. No consumir productos con excesos añadidos.

— Certificaciones. Buscar productos con certificados de calidad y seguridad alimentaria.

— Precio. Comparar precios y calidad antes de comprar.

Sus funciones

Estructural. Muchas proteínas son las encargadas de dar forma, elasticidad y soporte a las células y, por tanto, a los tejidos.

Inmunológica. Los anticuerpos son proteínas que actúan como defensa contra agentes externos o infecciones que afectan al organismo humano y de los animales.

Motora. La miosina y la actina permiten el movimiento. Además, la miosina forma parte del anillo contráctil en la división celular.

Enzimática. Algunas aceleran ciertos procesos metabólicos como la pepsina y la sacarasa.

Homeostática. Se refiere al mantenimiento del equilibrio interno en los organismos. La función homeostática, junto a otros sistemas reguladores, mantienen la regulación del pH.

Reserva. Son fuente de energía y carbono para muchos organismos.

Cucharada de proteína en polvo
Cucharada de proteína en polvo (ShutterStock España)
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