Sin duda todos escuchamos hablar de la importancia de vitaminas como la vitamina C o las vitaminas del complejo B, las cuales gozan de gran popularidad y sobre las cuales se recalca en todo momento que debemos consumir alimentos que las contengan.
Sin embargo, existe otra vitamina de igual o mayor importancia que muchos incluso no saben de su existencia ni de su importancia, a pesar de ser vital para la vida humana.
Nos referimos a la vitamina K, la cual fue descubierta en 1929 por el científico danés Henrik Dam de una forma curiosa, mientras investigaba el papel del colesterol en la dieta de los pollos.
El investigador observó que los pollos desarrollaban hemorragias cuando se les alimentaba con una dieta libre de colesterol y lípidos, lo que llevó a la identificación de una sustancia liposoluble desconocida necesaria para la coagulación sanguínea.
La sustancia fue denominada “vitamina K” por la palabra danesa para coagulación que se escribe koagulation.
Esta importante vitamina se divide en dos tipos principales:
- Vitamina K1 (Filoquinona): Se encuentra principalmente en alimentos de origen vegetal como las verduras de hoja verde (espinacas, col rizada, brócoli) y algunos aceites vegetales.
- Vitamina K2 (Menaquinona): Presente en productos animales y alimentos fermentados como el queso, la natto (soja fermentada) y el hígado.
Cuáles son los beneficios a la salud de la vitamina K
La vitamina K es un nutriente esencial que desempeña un papel crucial en varios procesos biológicos vitales para la salud general. Aquí se destacan los principales beneficios a la salud de la vitamina K:
- Esencial para la Coagulación: La principal función de la vitamina K es su papel en la coagulación sanguínea. Sin ella, el cuerpo no podría formar coágulos de sangre, lo que es crucial para detener hemorragias tras lesiones.
- Prevención de Hemorragias: Las personas con deficiencia de vitamina K son susceptibles a hemorragias internas y externas, ya que esta vitamina es necesaria para la síntesis de proteínas implicadas en el proceso de coagulación.
- Fortalecimiento de los Huesos: La vitamina K ayuda a la incorporación de calcio en los huesos, promoviendo su mineralización y robustez. Este proceso es vital para mantener una estructura ósea fuerte y reducir el riesgo de fracturas.
- Prevención de Osteoporosis: Diversos estudios sugieren que niveles adecuados de vitamina K pueden ayudar a prevenir la osteoporosis y mejorar la salud ósea en general, especialmente en personas mayores.
- Regulación del Calcio: La vitamina K juega un papel en la prevención de la calcificación arterial, una condición que puede llevar a enfermedades cardiovasculares. Ayuda a mantener el calcio en los huesos y fuera de las arterias.
- Aceleración de la Cicatrización: Debido a su papel en la coagulación, la vitamina K también puede contribuir a una cicatrización más rápida y eficaz de las heridas.
- Apoyo Inmunológico: Aunque menos conocido, algunos estudios han señalado que la vitamina K podría tener un papel en el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Cómo obtener vitamina K para prevenir una deficiencia
La vitamina K1 se encuentra principalmente en alimentos de origen vegetal como verduras de hoja verde (espinacas, col rizada, brócoli) y algunas frutas, mientras que la vitamina K2 se encuentra en productos animales y alimentos fermentados.
Como mencionamos la vitamina K es indispensable para la coagulación sanguínea, la salud ósea y cardiovascular por lo que una dieta equilibrada que incluya fuentes ricas en vitamina K puede ayudar a mantener estos sistemas corporales en óptimas condiciones.
También existen suplementos para personas que presenten deficiencias importantes aunque especialistas señalan que estas son poco frecuentes y generalmente asociadas a padecimientos particulares.