A partir de los 40 años, la masa muscular magra comienza a disminuir de manera natural, lo que puede llevar a un aumento en el porcentaje de grasa corporal si no se toman medidas adecuadas, según advierten los especialistas.
Para contrarrestar esta pérdida muscular, es crucial seguir una rutina de entrenamiento adecuada y consumir alimentos ricos en nutrientes específicos. Ganar masa muscular es esencial para la salud en esta etapa de la vida, aunque no es un proceso sencillo.
Para llevar a cabo este proceso, es crucial aumentar el peso gradualmente y seguir una adaptación progresiva en las sesiones de musculación, especialmente si no se ha realizado entrenamiento de fuerza antes, para evitar lesiones o daños en las articulaciones.
El desarrollo muscular en esta etapa es altamente recomendable para cualquier persona, ya que fortalece los músculos, mejora el bienestar general y reduce los dolores. Sin embargo, para lograrlo, se necesita una dieta adecuada, un entrenamiento bien planificado y un descanso suficiente, lo que también ayuda a mitigar los efectos del envejecimiento en el metabolismo. Mantener estos hábitos nos permite estar saludables tanto física como internamente.
Entrenar de manera inteligente es fundamental para sentirse bien tanto por dentro como por fuera. Esto implica no forzar el cuerpo levantando más peso del que se debe, sino enfocarse en realizar los ejercicios con precisión, calidad y de manera controlada. Esta estrategia es clave para obtener resultados efectivos sin poner en riesgo la salud.
Por esta razón, una rutina de entrenamiento adecuada debe situarse en un rango de 8 a 15 repeticiones, aunque en algunos casos puede llegar hasta 25. Este enfoque permite un mejor crecimiento muscular con menos riesgo para las articulaciones y facilita la recuperación.
Además, el uso de pesos ligeros es clave para mejorar el entrenamiento. Aunque no se gane tanto músculo como en años anteriores, levantar pesos excesivos puede ser contraproducente. Con un peso moderado es posible lograr un buen tono físico sin riesgo de lesiones.
Igualmente, el calentamiento adecuado, los estiramientos, la moderación y el descanso son factores imprescindibles para alcanzar los objetivos de entrenamiento. Preparar el cuerpo antes de ejercitarse, reducir la tensión muscular, evitar el sobreentrenamiento y fomentar la regeneración muscular son aspectos clave que no deben subestimarse, especialmente a partir de cierta edad.
Además, es importante realizar ejercicio de manera progresiva, aumentando el peso en cada sesión y respetando los períodos de descanso, ya que es durante estos momentos cuando la musculatura se fortalece.
Finalmente, la alimentación también es fundamental para aumentar la masa muscular y debe complementarse con las rutinas de entrenamiento. Un aporte adecuado de proteínas, que ayudan a construir las fibras musculares, y de carbohidratos, que proporcionan la energía necesaria para un buen rendimiento, mejoran la recuperación y favorecen un entorno hormonal y metabólico propicio para ganar masa muscular.