De la cocina al botiquín: cómo una solución casera revolucionó los primeros auxilios

Los curitas fueron una inveción que con el tiempo se volvió parte fundamental de los botiquines de todo el mundo

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Los curitas revolucionaron al mundo de los primeros auxilios (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los curitas revolucionaron al mundo de los primeros auxilios (Imagen Ilustrativa Infobae)

Josephine Knight Dickson solía sufrir cortes y pequeños accidentes mientras cocinaba, una situación común para muchas personas en la década de 1921. En aquellos tiempos, la práctica habitual era envolver un trozo de tela alrededor de la herida para protegerla, una solución poco efectiva que no garantizaba la limpieza ni la protección adecuada de la herida.

Preocupada por esta problemática recurrente, Josephine compartió su situación con su esposo, Earle Dickson, quien trabajaba como comprador de algodón para una empresa de productos farmacéuticos.

Este hecho, aparentemente trivial, desencadenó una serie de eventos que culminaría con la invención de los curitas, instrumento que revolucionó la manera de tratar pequeñas heridas.

Los inicios del curita

La historia de los curitas se remontan 1920 (Votpuske- Wikimedia)
La historia de los curitas se remontan 1920 (Votpuske- Wikimedia)

Lo que comenzó como un intento de ayudar a su esposa en los quehaceres domésticos terminó por marcar un hito en la historia de los primeros auxilios.

“No había buenas opciones para vendar esas pequeñas heridas de manera higiénica… y esto era antes de los antibióticos, por lo que las infecciones representaban un riesgo serio”, escribe Margaret Gurowitz, historiadora interna de Johnson & Johnson en la página oficial de la empresa.

Earle Dickson llevó a casa un lote de gasas antisépticas de algodón y cintas adhesivas quirúrgicas que la empresa producía como parte de sus productos estériles.

Tomó una tira de cinta de 45 centímetros de largo por 7 centímetros de ancho y puso una pieza de gasa más estrecha en el centro. Luego cubrió todo con una tela fina llamada crinolina para evitar que la cinta se pegara a sí misma. Finalmente, dobló todo en un rollo ordenado que su esposa pudiera usar fácilmente, según la página oficial de la compañía.

Josephine estaba encantada con la invención de su esposo, por lo que Dickson decidió presentar la idea a su jefe, quien reconoció su potencial. La empresa fabricó un lote de prueba que llamaron “Band-Aid” (Curita).

Inicialmente, el producto se vendía en un rollo que debía cortarse con tijeras, pero gradualmente fue diseñado para que cada vendaje estuviera cortado y envuelto individualmente.

Los Boy Scouts y cómo salvaron el negocio

Los curitas llegaron a formar parte de los botiquines de primeros auxilios de la Segunda Guerra Mundial (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los curitas llegaron a formar parte de los botiquines de primeros auxilios de la Segunda Guerra Mundial (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aunque al principio las ventas fueron lentas, la empresa sabía que estaban satisfaciendo una necesidad importante para los clientes y continuaron con el proyecto.

“El producto tuvo un comienzo lento porque era una idea tan novedosa y la gente tenía que aprender a usarlo”, explica la historiadora Gurowitz, y agrega que las ventas totalizaron solo $3,000 dólares ese primer año.

Sería en la década de 1950, cuando a la compañía se le ocurrió una estrategia de marketing. Empezó a comercializar una serie de Band-Aids decorativas con personajes infantiles como Mickey Mouse y Superman.

La empresa inició la donación de banditas gratis a las tropas de los Boy Scouts y al personal militar en el extranjero para mejorar su imagen de marca. Su eslogan, “¡Estoy pegado a la marca Band-Aid porque Band-Aid está pegado a mí!” la colocó en el imaginario de las personas como una marca amigable con las familias y los niños.

Según una línea del tiempo de la página oficial de BAND-AID en 1932 salieron al mercado las primeras bandas a prueba de agua. En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa mandó miles de curitas a los soldados, incluyéndolos en los kits de primeros auxilios.

En 1969 fueron parte del kit médico en la misión de Apolo 11, con el tiempo perfeccionaron los empaques para que fueran más fáciles de abrir y colocar.

En 2021, Johnson & Johnson lanzó al mercado una innovadora línea de curitas diseñada para adaptarse a una variedad de tonos de piel.

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