Prepara esta gelatina de manzana con yogur para bajar de peso y ayudar a la digestión

La gelatina de manzana con yogur se ha convertido en una aliada para aquellos que buscan perder peso sin renunciar al placer de disfrutar postres, ya que es baja en calorías y rica en fibra.

Además de que es una opción que no solo satisface al paladar sino que también ayuda a mantenerse saciado por más tiempo, lo cual es fundamental para controlar el apetito.

El yogur es uno de los ingredientes base de esta receta el cual además de tener un sabor único ayuda a equilibrar la flora bacteriana del intestino y a potenciar el sistema de defensas contra infecciones, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España.

Esta receta puede ser una alternativa saludable, la gelatina de manzana es fácil de preparar y puede ser personalizada según las preferencias individuales, añadiendo ingredientes como canela para potenciar su sabor. Esta combinación de simplicidad y beneficios nutricionales la convierte en un aliado ideal en dietas de control de peso.

La receta es de Mariana Ortega del sitio ‘Recetas Nestlé’, rinde para seis porciones y cada una aporta 119.4 kcal, es importante considerar refrigerar por al menos una hora para que la gelatina tenga la consistencia adecuada.

• 1 ¾ de taza de yogur de manzana
• 1 lata de leche evaporada
• 15 sobres de sustituto de crema
• 14 gramos de grenetina

1. Hidrata la grenetina en media taza de agua fría, disuelta a baño maría
2. Licua el yogur junto con la leche evaporada y el sustituto de azúcar
3. Sin dejar de licuar agrega la grenetina previamente hidratada.
4. Cuando la mezcla esté totalmente disuelta vierte en recipientes y refrigera por al menos 30 minutos.
5. Sirve y decora con manzana y fruta seca.

El yogur tiene una historia que se remonta a miles de años y su origen está envuelto en tradiciones antiguas. Se cree que su descubrimiento fue accidental, cuando los nómadas en el Medio Oriente transportaban leche en bolsas hechas de estómago de animal.

Las bacterias naturales y el calor del ambiente permitieron la fermentación de la leche, creando una sustancia espesa y ácida conocida como yogur, de acuerdo con la Universidad de Murcia.

Los registros más antiguos de la producción de yogur se encuentran en textos de Persia e India alrededor del año 500 a.C. En estas culturas, el yogur no solo era valorado por su sabor y propiedades nutritivas, sino también por sus beneficios para la salud digestiva.

Con el tiempo se extendió a Europa gracias a los viajeros y comerciantes, convirtiéndose en un alimento básico en muchas regiones, según la Universidad Estatal a Distancia (UNED) en su libro de Microbiología Industrial.

En el siglo XX ganó popularidad en Occidente principalmente debido a los estudios del bacteriólogo ruso Elie Metchnikoff, quien destaca sus propiedades beneficiosas para la salud. Hoy en día, el yogur es consumido en todo el mundo y sigue siendo apreciado tanto por su sabor como por sus múltiples beneficios nutricionales y digestivos.