Cómo preparar gelamousse de cereza rico en colágeno

El mousse y la gelatina se unen en una receta que deleita tanto a la vista como al paladar. Esta preparación de dos capas combina la suavidad de un mousse de cereza con la frescura de una gelatina del mismo sabor, creando un contraste de texturas y sabores que sorprende en cada bocado.

Perfecta para cualquier ocasión especial, esta receta no solo es fácil de hacer, sino que su consumo aporta beneficios a la salud, pues según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México, las cerezas están llenas de antioxidantes que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, además son ricas en fibra y melatonina.

Estos aportes nutrimentales se unen a los de la gelatina, alimento que contiene colágeno, proteína que contribuye a mejorar la apariencia de la piel y disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, según un estudio publicado por el International Journal of Biological Macromolecules.

La dificultad para preparar este gelamousse es baja y rinde para 20 porciones de 136 kcal cada una. Si quieres reducir las calorías puedes sustituir los productos lácteos por sus versiones light o bajas en grasa. Esta receta fue creada por Matiana Ortega y está publicada en la página Recetas Nestlé.

• 1 paquete de queso crema (190 gramos)
• 1 lata de leche evaporada
• 1 lata de leche condensada
• 20 piezas de cerezas rojas en conserva con su jugo
• 1 paquete de gelatina sabor cereza (80 gramos)
• 2 cucharadas de grenetina

1. Hidrata las dos cucharadas de grenetina en ¼ de taza de agua fría y disuelve a baño maría.
2. Licúa el queso crema con la leche evaporada, la leche condensada, las cerezas con su jugo.
3. Con la licuadora encendida vierte poco a poco la grenetina hasta que todos los ingredientes estén completamente mezclados.
4. Vierte en moldes individuales previamente engrasados.
5. Refrigera durante 30 minutos o hasta que cuaje ligeramente.
6. Prepara la gelatina de cereza según las instrucciones del empaque.
7. Vierte encima de la mezcla del mousse de cereza cuidando que no esté muy caliente.
8. Refrigera durante dos horas o hasta que cuaje por completo.
9. Decora con cerezas.
10. Sirve y disfruta.

La palabra mousse proviene del francés moss, que significa musgo o espuma. Esta preparación puede ser tanto dulce como salada, y se puede presentar fría o caliente, dependiendo de si se sirve como entrada o como postre, según la pastelería española Otaegui, negocio que lleva abierto desde 1886.

“En conjunto con el mousse de café y el de azafrán, el mousse de chocolate aparece por primera vez en 1755. En específico, en un recetario de Les soupers de la cour, del cocinero francés Menon”, menciona la pastelería en su sitio oficial.

En el libro se detalla que la preparación se efectuaba con crema de leche batida, a la cual se le podría agregar claras de huevo. Además, se aconsejaba refrigerar en hielo durante aproximadamente dos horas con el objetivo de obtener una buena consistencia e intensificar los sabores.

La historia de la invención de este postre ha generado controversia, pues existen muchas teorías sobre su origen.

Una de ellas se asocia con Toulouse Lautrec, pintor postimpresionista de la belle epoque parisina y la vida nocturna del pueblo. Se dice que él fue el creador de la crema espumosa, llamada en ese entonces “mayonesa de chocolate”.

“Quizás como una extensión natural de su trabajo de tiempo completo como artista bohemio con una famosa inclinación por el hedonismo, a Toulouse-Lautrec también le encantaba cocinar como un ávido pasatiempo”, menciona Tasting Table en su sitio dedicado a la cocina.

Otra teoría menciona a Manuel Cordero como el creador de este delicioso postre. Artesano chocolatero español, preparó el mouse por órdenes del cocinero principal del VIII Ejército, Francois Masette.

Según la historia, el emperador quedó fascinado con el aroma y la suavidad de la “Espuma de chocolate” que se lo llevó a él y a su familia a Francia, lugar donde la élite renombró este postre como “mousse au chocolat”.