¿Igual que Beryl? Esta fue la trayectoria del “Huracán Asesino” que asoló el Caribe y el Golfo de México

Es considerado como uno de los temporales más intensos que han pasado por territorio mexicano

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Este fue el trayecto que tuvo el "Huracán Asesino" en México (NHC)
Este fue el trayecto que tuvo el "Huracán Asesino" en México (NHC)

A lo largo de la historia han tenido lugar una gran cantidad de fenómenos naturales, entre los que algunos han llegado a ser más devastadores que otros, uno de los más intensos y mortíferos que se han registrado es el huracán Gilberto o también conocido como el huracán del Siglo XX o el huracán Asesino.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) determinó que el huracán Gilberto fue uno de los ciclones tropicales más devastadores que se han registrado en el océano Atlántico durante el siglo XX.

El huracán Gilberto es considerado como uno de los ciclones tropicales con mayor extensión de la historia, ya que en un punto consiguió tener un área de mil 250 kilómetros, además de que es considerado como el huracán más intenso que ha tocado tierra en México.

Es considerado como el huracán con mayor impacto en México 
Crédito: Cuartoscuro
Es considerado como el huracán con mayor impacto en México Crédito: Cuartoscuro

Trayectoria del huracán Gilberto

La formación de Gilberto ocurrió el 8 de septiembre de 1988 como la depresión tropical número 12 de la temporada, cerca de las islas de Barlovento, ubicadas al este del mar Caribe.

El desplazamiento de este temporal continuó sobre las aguas cálidas del Caribe, posteriormente, el 9 de septiembre se intensificó como tormenta tropical y fue cuando se le otorgó el nombre de Gilberto.

La intensificación de este evento continuó hasta el punto de que se transformó en un huracán intenso el 10 de septiembre del año antes mencionado

El trayecto que Gilberto realizó hacia Jamaica aconteció con vientos fuertes de hasta 200 kilómetros por hora, lo que hacía que el huracán fuera de categoría 3. Cuando el temporal se alejó de la costa de Jamaica volvió a intensificarse de manera rápida.

El huracán Gilberto tuvo lugar en 1988 EFE/ Orlando Barría
El huracán Gilberto tuvo lugar en 1988 EFE/ Orlando Barría

Una vez que el huracán llegó a las Islas Caimán, acababa de alcanzar la categoría 5. Gilberto tocó tierra por segunda ocasión el 14 de septiembre en la Península de Yucatán, como un huracán de categoría 5. La presión mínima de Cozumel junto con vientos sostenidos de 287 kilómetros por hora.

Gilberto se mantuvo por encima de la categoría 3 hasta el momento de impactar tierra por última vez cerca de La Pesca, Tamaulipas, el 17 de septiembre.

Posteriormente, el huracán se degradó a tormenta tropical con vientos sostenidos de 100 kilómetros por hora justo antes de golpear la ciudad de Monterrey, Nuevo León, en donde desbordó el río Santa Catarina, además de causar daños graves por inundaciones a consecuencia de las intensas lluvias que se presentaron.

Finalmente, el temporal se desplazó rumbo a Estados Unidos, en donde provocó 29 tornados en Texas y se fue degradando hasta llegar a ser solamente depresión tropical.

¿Cómo se forman los huracanes?

Los huracanes se forman en regiones tropicales con aguas cálidas, generalmente a temperaturas superiores a 26.5°C. El proceso comienza cuando el agua caliente del océano se evapora, elevando vapor de agua hacia la atmósfera. A medida que este vapor asciende, se enfría y se condensa en nubes, liberando calor latente. Este calor calienta el aire circundante, provocando un descenso en la presión atmosférica.

Existe todo un proceso sobre la creación de los huracanes (EFE/Jorge Reyes/Archivo)
Existe todo un proceso sobre la creación de los huracanes (EFE/Jorge Reyes/Archivo)

La disminución de la presión crea un sistema de baja presión que atrae más aire cálido y húmedo hacia su centro. La fuerza de Coriolis, derivada de la rotación de la Tierra, induce una rotación en el sistema, lo que organiza las nubes y tormentas en un patrón circular. A medida que el sistema de baja presión se fortalece, se forma un centro claro conocido como el ojo del huracán, alrededor del cual se desarrollan bandas nubosas en espiral.

El huracán sigue ganando energía del agua caliente del océano, ampliando su fuerza y estructura. Si permanece sobre aguas cálidas y no se encuentra con factores inhibidores como tierra firme o aire seco, el huracán puede volverse extremadamente poderoso, con vientos fuertes y lluvias intensas. Sin embargo, al perder su fuente de energía, el huracán se debilita y eventualmente se disipa.

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