Ondas electromagnéticas: así se puede dañar tu cuerpo por el uso del WiFi y el celular

Investigaciones arrojaron que estar expuesto por un tiempo prolongado a esta tecnología podría traer graves problemas a los usuarios

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El constante uso de los dispositivos móviles conectados a internet podría generar daños severos a la salud humana. Foto: Shutterstock
El constante uso de los dispositivos móviles conectados a internet podría generar daños severos a la salud humana. Foto: Shutterstock

Gracias al desarrollo de la tecnología, cada día los seres humanos están más expuestos a dispositivos móviles que, si bien han mejorado la calidad de las comunicaciones, también se han convertido en una amenaza. Lo anterior gracias a las ondas electromagnéticas que despide el WiFi y los teléfonos celulares al utilizarlos, mismos que han tenido un efecto negativo en la salud de las personas.

Desde la aparición de estos aparatos, las últimas generaciones han escuchado constantemente el regaño de las mamás diciendo que “el teléfono es malo”, pero no fue sino hasta ahora que quedó demostrado gracias a una investigación por parte de docentes y alumnos de las escuelas nacionales de Ciencias Biológicas y de Ingeniería Mecánica y Eléctrica pertenecientes al Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Dentro de sus resultados encontraron que existe una estrecha relación entre el uso de dispositivos móviles y daños significativos a la salud del portador. Utilizando ratones de laboratorio, se les expuso a campos electromagnéticos con frecuencias parecidas a las que emite un celular y el WiFi, arrojando datos que preocuparon a los expertos.

Las ondas electromagnéticas del celular y el WiFi afectan a los seres vivos. (Imagen Ilustrativa Infobae México).
Las ondas electromagnéticas del celular y el WiFi afectan a los seres vivos. (Imagen Ilustrativa Infobae México).

¿Qué dice la investigación?

Es importante explicar que las ondas electromagnéticas son producto de las fluctuaciones de campos magnéticos y eléctricos que se esparcen por el espacio lo que les permite funcionar como un transmisor de energía de un punto a otro. Uno de los ejemplos más claro es la luz que vemos todos los días en nuestras casas, la radio o el funcionamiento de un microondas.

Teniendo esto en cuenta, dentro del experimento que involucró a más de 300 ratones, divididos en cinco grupos, se expuso a los sujetos de prueba a 860 MHz con 0.5 W de potencia, la intensidad que manejan los celulares 2G y a 2.5 GHz con 0.1 W de potencia, igualando a un módem de WiFi.

Como resultado se pudo observar que hubo un incremento en el estrés oxidativo, los machos presentaban daño testicular, además de efectos neuropsiquiátricos que se ven reflejados en estudios como el electroencefalograma, la apoptosis (muerte de células), severos daños al ADN alojado en la sangre en los adultos y dificultades para el desarrollo físico y motor.

Una mujer aparece abrumada entre múltiples globos de chat verdes, representando las constantes notificaciones de WhatsApp. Esta imagen simboliza la sobrecarga de información y comunicación en la era de internet, celular y redes sociales, destacando su impacto en la salud mental, causando cansancio, agotamiento y ansiedad, y a menudo llevando al burnout laboral. (Imagen ilustrativa Infobae)
Una mujer aparece abrumada entre múltiples globos de chat verdes, representando las constantes notificaciones de WhatsApp. Esta imagen simboliza la sobrecarga de información y comunicación en la era de internet, celular y redes sociales, destacando su impacto en la salud mental, causando cansancio, agotamiento y ansiedad, y a menudo llevando al burnout laboral. (Imagen ilustrativa Infobae)

El doctor en Ciencias en Ingeniería Eléctrica y líder de la investigación, Roberto Linares, detalló que les tomó cinco años (2015-2020) lograr obtener datos precisos dejando muy claro que los daños al organismo son preocupantes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) corrobora lo dicho por el IPN, pues por medio del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer se determinó que la exposición a los campos electromagnéticos son posibles detonantes de esta enfermedad en los seres humanos.

Aunque aún no hay pruebas contundentes de que en realidad tengan consecuencias fatales, sí hay registro de que la piel y varios tejidos que tienen contacto con estos dispositivos son los más afectados, al igual que el cerebro y varios órganos que absorben de forma directa las ondas.

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