¿Lo probarías por 18 mil pesos? Conoce al “pule”, el queso más costoso, pero exquisito en todo México

México, conocido por su diversidad cultural y gastronómica, es también hogar de una amplia variedad de quesos, reflejo de la riqueza de sus tradiciones culinarias. Aunque no existe un número exacto debido a la variedad artesanal e innovaciones locales, se reconocen al menos 20 tipos principales que destacan por su sabor, textura y métodos de elaboración únicos.

Entre los quesos mexicanos más emblemáticos se encuentra el Queso Fresco, ampliamente utilizado en la cocina mexicana por su suavidad y frescura. El Cotija, nombrado así por el pueblo de Cotija en Michoacán, se caracteriza por su textura granulosa y sabor fuerte, ideal para espolvorear sobre los platillos.

El Queso Oaxaca, famoso por su presentación en hebras y textura elástica, es esencial en quesadillas y fundidos. El Queso Panela, conocido por su capacidad de mantener la forma al calentarse, se disfruta comúnmente en ensaladas o como botana.

El Queso Chihuahua, originario del estado homónimo, es preferido para las quesadillas debido a su excelente capacidad de derretirse. El Manchego Mexicano, a pesar de compartir nombre, difiere del Manchego español en sabor y textura, siendo más suave y cremoso. Asimismo, el Queso de Bola o Queso Edam Mexicano, es otro ejemplo de la adaptación local de recetas foráneas, tradicionalmente utilizado en la preparación de platos yucatecos.

Además de estos, existen variedades menos conocidas pero igualmente importantes en la cocina regional, como el Queso Asadero, Adobera, Chiapas, Zamorano, entre otros, cada uno con características distintivas que enriquecen la diversidad culinaria de México.

Aunque la globalización y la industrialización han influido en la producción quesera, las comunidades y pequeños productores continúan preservando los métodos tradicionales, asegurando la supervivencia de la autenticidad y diversidad del queso mexicano. Este conjunto de quesos no solo representa una parte esencial de la alimentación en México sino también un testimonio de la rica herencia cultural del país.

A los mexicanos les gusta el queso debido a varios factores, entre los que destacan su profundamente arraigada tradición gastronómica y su versatilidad culinaria. El queso forma parte esencial de la dieta mexicana desde épocas prehispánicas, aunque fue con la llegada de los españoles que la elaboración de quesos se diversificó en México.

La variedad de quesos mexicanos, que abarca desde suaves y frescos hasta añejos y de sabor intenso, permite su incorporación en un amplio espectro de platillos tradicionales y contemporáneos. Esta versatilidad gastronómica es una de las razones principales por las cuales el queso es tan valorado; puede ser utilizado tanto como ingrediente central en quesadillas y enchiladas, como complemento en ensaladas y guisos, o incluso como un elemento decorativo y de realce de sabor en antojitos como esquites y tostadas.

Además, el queso en la cocina mexicana no solo aporta sabor y textura a los platillos, sino que también tiene un componente emocional y cultural. Compartir alimentos que incluyen queso, como los tamales de rajas con queso o las chalupas, es parte de las celebraciones y reuniones familiares, lo que refuerza el vínculo con la identidad mexicana y las tradiciones.

La adaptación a los recursos disponibles y la creatividad de los mexicanos han dado origen a quesos únicos que no se encuentran en otras partes del mundo, como el Queso Oaxaca o el Cotija, reflejando la diversidad y riqueza de sus regiones. La predilección por el queso también se ve influenciada por su valor nutricional, siendo fuente importante de calcio y proteínas.

En México, el queso Pule se distingue como el más costoso, destacando su fabricación artesanal a partir de leche de burra de una especie única localizada en la región balcánica. Este producto gourmet, para cuya producción se requieren 25 litros de leche para obtener un solo kilogramo, alcanza precios de hasta 1,000 euros por kilogramo, aproximadamente 18,000 pesos mexicanos, resaltando su exclusividad y elevado valor en el mercado.

El origen de este peculiar queso se sitúa en una reserva natural en el norte de Belgrado, donde se cría dicha especie de burra cuya leche se utiliza en su elaboración. La escasez de esta leche a nivel global y el intensivo proceso de producción justifican el alto coste del queso Pule, considerado una delicadeza en el ámbito gastronómico internacional.

En contraste, dentro del panorama del queso mexicano, el queso Oaxaca o quesillo se posiciona como uno de los favoritos por su sabor y versatilidad culinaria. Este queso, producido principalmente en el estado de Oaxaca, es elaborado con leche de vaca y es conocido por su textura fibrosa, así como por su sabor cremoso. Su empleo es fundamental en platos tradicionales mexicanos, como las quesadillas y las tlayudas, platos representativos de la cocina del país.

La variedad y riqueza del queso en México es amplia, abarcando desde opciones artesanales y exclusivas como el queso Pule hasta variedades más accesibles y arraigadas en la cultura culinaria local, como el queso Oaxaca.

Este último es celebrado por su aporte a la gastronomía mexicana, resaltando el balance entre la tradición y la innovación en la elaboración de quesos en el país. La fusión de estos productos en el mercado no solo enriquece la oferta gastronómica sino que también celebra la diversidad y riqueza cultural de México a través de sus sabores.