La civilización maya goza de gran reconocimiento por sus avances en arquitectura, astronomía, matemáticas, entre otras área. Por tal motivo han atraído la atención de muchos investigadores que han indagado en detalles sobre su vida diaria, incluida su alimentación.
Es gracias a las múltiples investigaciones sobre esta sociedad prehispánica que se sabe que su dieta se basaba en cultivos como el maíz, el frijol, la calabaza, el chile y el cacao.
De entre estos productos destaca la calabaza, un fruto extremadamente nutritivo, conocido por su alto contenido de vitaminas y minerales esenciales para la salud. Destaca por su riqueza en vitamina A, un nutriente crucial para el mantenimiento de una visión saludable, fortalecimiento del sistema inmunológico y promoción de una piel sana. Además, la presencia de vitaminas C y E, junto con antioxidantes como los beta-carotenos, le confiere propiedades antioxidantes.
Otro de los beneficios notables de la calabaza es su contenido de fibra, que favorece la salud digestiva y contribuye a la sensación de saciedad, siendo un gran aliado en la gestión del peso.
De este alimento, los mayas no sólo aprovechaban su pulpa, sino también sus semillas, conocidas como pepita de calabaza.
De acuerdo con el Gobierno del Estado de Yucatán, los mayas preparaban una especie de tamal con chaya, pepita de calabaza y tomate.
Este alimento es rico en proteína y ácidos grasos no saturados, de acuerdo con información difundida por la Universidad de Florida.
Otros beneficios para la salud de las semillas de calabaza son:
- Rica en magnesio, favoreciendo la regulación de la presión arterial y fortaleciendo la salud ósea.
- Alta en zinc, esencial para el sistema inmunológico, la reproducción y el crecimiento celular.
- Fuente de antioxidantes como la vitamina E y carotenoides, que combaten la inflamación y previenen enfermedades crónicas.
- Ofrece un buen aporte de fibra, beneficiosa para la digestión y ayudan a controlar el peso al provocar saciedad.
- Contiene ácidos grasos omega-3 de origen vegetal, importantes para la salud cardiovascular.
¿Cómo consumir la pepita de calabaza?
En la gastronomía de Yucatán, entidad que habitaron los mayas hace cientos de años, hay más de un platillo que tiene como base la pepita de calabaza. Estos son algunos.
- Sikil P’ak: es una salsa elaborada con semillas de calabaza crudas, tomate, chile habanero, cilantro, cebolla.
- Kaaxil sikil: conocido como pepita de pollo, este guisado lleva la semilla de calabaza local o k’úum, ajo, pimienta, canela, achiote, col rizada y hierbabuena.
- Papadzules: tortillas rellenas de huevo que se sirven bañadas en un salsa de pepita de calabaza.
Tradicionalmente se extrae aceite de la pepita tostada para incorporarlo al caldo y con las semillas se forman albóndigas. El caldo se sirve acompañado por hojas de col y hierbabuena.
Conviene mencionar que hay dos tipos de calabaza que son aprovechadas en la cocina yucateca. Se trata de la calabacita amarilla y la calabaza de Castilla.
La primera variante (Xmejen k´úum en maya) se cosecha tierna entre julio y octubre o madura entre noviembre y diciembre, en este último caso se aprovecha para preparar píib (pan de masa de maíz y carne de gallina o cerdo horneada) o se consume endulzada con miel.
Mientras que la calabaza de Castilla (Xka´o xtoop en maya) es cosechada tierna entre julio y agosto y madura entre septiembre y octubre. Sus semillas se consumen tostadas.