La historia de los tacos de canasta, también conocidos como tacos sudados o tacos al vapor, se remonta a los inicios del siglo XX en México. Esta variante única de los tacos tradicionales ha sido una parte integral de la cultura culinaria mexicana durante generaciones.
Su origen se atribuye principalmente a la necesidad de una comida rápida y económica para los trabajadores urbanos que buscaban una opción sabrosa y reconfortante durante su jornada laboral. Aunque no se tiene un registro exacto de su aparición, se cree que los tacos de canasta surgieron en las zonas urbanas de México, particularmente en la Ciudad de México y sus alrededores, donde la comida callejera era y sigue siendo una parte esencial de la vida cotidiana.
La popularidad de estos tacos se extendió rápidamente, convirtiéndose en una opción común en los puestos de comida callejera, mercados y fábricas de todo el país. Su atractivo radica en su practicidad, su delicioso sabor y su capacidad para satisfacer el hambre de manera rápida y económica.
A lo largo de los años, los tacos de canasta han evolucionado y diversificado, incorporando una amplia variedad de rellenos y sabores, desde los clásicos como papa con chorizo hasta opciones más creativas y contemporáneas. En la actualidad, siguen siendo una opción popular y querida por los mexicanos de todas las edades, manteniendo su lugar como un símbolo emblemático de la cocina callejera mexicana.
¿Cómo se preparan?
La preparación de los tacos de canasta sigue un proceso meticuloso para asegurar su sabor y textura característicos. Primero, se prepara una masa suave de maíz, mezclando harina de maíz con agua y sal hasta obtener una consistencia homogénea.
Después de dejar reposar la masa, se forman tortillas delgadas y redondas, asegurando un grosor uniforme para su correcta cocción. Luego, se prepara el relleno de los tacos, que tradicionalmente incluye opciones como papa con chorizo, frijoles refritos, tinga de pollo o chicharrón prensado.
El relleno se coloca en el centro de cada tortilla, que luego se dobla por la mitad para formar un pequeño paquete o taco. Una vez rellenos, los tacos se fríen en aceite caliente hasta que estén dorados y crujientes por fuera. Después de la fritura, se dejan escurrir sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Después que los tacos se han enfriado ligeramente, se colocan en una canasta cubierta con un paño limpio para mantenerlos calientes y suaves hasta su consumo. Es importante mantener los tacos cubiertos para evitar que se enfríen demasiado rápido y pierdan su textura característica.
Los tacos de canasta se sirven tradicionalmente acompañados de salsa, limón y otras guarniciones al gusto, listos para disfrutar como una delicia rápida y sabrosa. Este proceso de preparación, aunque requiere tiempo y atención a los detalles, garantiza que los tacos de canasta mantengan su sabor auténtico y su textura crujiente, convirtiéndolos en un favorito entre los amantes de la comida callejera mexicana.
El lado oscuro de “los sudados”
Consumir tacos de canasta todos los días podría tener implicaciones para la salud debido a varios factores. En primer lugar, los tacos de canasta a menudo se fríen en aceite caliente, lo que puede resultar en un contenido alto en grasas saturadas y calorías.
Un consumo excesivo de alimentos fritos puede aumentar el riesgo de problemas de salud como la obesidad, enfermedades cardíacas y diabetes.
Además, dependiendo del relleno utilizado, los tacos de canasta podrían contener ingredientes ricos en sodio, como el chorizo o el chicharrón prensado. El consumo excesivo de sodio puede contribuir a la hipertensión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Otro factor a considerar es la higiene y seguridad alimentaria en la preparación de los tacos de canasta. Si no se siguen adecuadamente las prácticas de manipulación de alimentos y almacenamiento, existe un riesgo de contaminación bacteriana que podría causar enfermedades transmitidas por alimentos.
Mientras que disfrutar ocasionalmente de tacos de canasta como parte de una dieta equilibrada generalmente no representa un riesgo significativo para la salud, consumirlos a diario podría contribuir a problemas de salud a largo plazo debido a su contenido en grasas, sodio y posibles problemas de seguridad alimentaria.
Es importante variar la dieta y consumir una amplia variedad de alimentos para obtener los nutrientes necesarios para mantener una buena salud. Siempre es recomendable moderar el consumo de alimentos fritos y mantener prácticas seguras de manipulación de alimentos al prepararlos.