El jengibre es una raíz reconocida mundialmente por sus propiedades beneficiosas para la salud, que incluyen efectos antiinflamatorios, antioxidantes y facilitadores de la digestión. Aunque existen diversas maneras de incorporarlo a la dieta, el té de jengibre se perfila como la opción más popular para consumir esta planta. A continuación, dejamos la manera más eficaz de preparar esta bebida saludable.
Aunque el té de jengibre es una de las maneras más efectivas y populares de consumir esta raíz, cabe destacar que no se debe exceder su consumo. Como regla general, se sugiere no ingerir más de 3 a 4 tazas al día, ya que el exceso podría causar molestias digestivas o efectos adversos en personas con ciertas condiciones de salud.
Ingredientes
- Jengibre fresco: aproximadamente una pulgada de raíz de jengibre por cada taza de agua.
- Agua: preferiblemente agua filtrada o mineral.
- Endulzante opcional: miel, azúcar, stevia o cualquier otro edulcorante al gusto.
- Rodaja de limón (opcional): para dar un toque cítrico al té
Preparación
Para preparar té de jengibre, es fundamental empezar por seleccionar la raíz fresca, la cual se puede encontrar fácilmente en cualquier mercado o tienda de alimentos. El procedimiento inicia con el lavado adecuado de esta raíz. Luego, se procede a pelarlo y cortarlo en pequeños trozos o rodajas finas.
La cantidad a utilizar depende del gusto personal, pero se sugiere empezar con unos 20 a 30 gramos para aquellos que se están familiarizando con su intenso sabor. Una vez preparado, se debe colocar en un cazo con agua. La proporción recomendada es de aproximadamente un litro de agua por cada 30 gramos de esta planta.
Esta mezcla se lleva a ebullición y se deja hervir a fuego lento durante unos 15 minutos para asegurar que el agua absorba bien todos los compuestos beneficiosos de este alimento.
Después de este tiempo, se retira el cazo del fuego y se deja reposar el té unos minutos. Durante este proceso, los ingredientes activos se concentran aún más, intensificando así los efectos saludables de la bebida. Para quienes deseen añadir un toque de sabor, el limón es un complemento ideal que, además, potencia el efecto antioxidante del jengibre gracias a su contenido de vitamina C. El zumo de medio limón es suficiente para lograr este equilibrio entre sabor y beneficios.
De igual manera, se recomienda consumir el té de jengibre en ayunas para una mejor absorción de sus propiedades o bien a lo largo del día para mantener un nivel constante de hidratación y aprovechar sus efectos digestivos y revitalizantes.