En la temporada de infecciones respiratorias es común que las persona acudan a las farmacias por medicamentos para la gripe. Una de las principales recomendaciones de la Secretaría de Salud (SSA) es evitar automedicarse, incluso si se cuenta con los medios para conseguir las medicinas. Sin una receta médica, cualquier tipo de antigripal o tratamiento basado en estos químicos se podría convertir en una fuente de riesgos para la salud de la población que incurre en esta práctica en invierno.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) ha alertado desde 2015 sobre los riesgos del consumo en exceso del paracetamol y emitió recomendaciones para su uso responsable y seguro. Una de las primeras acciones al respecto es evitar tomarlo sin la asesoría de un médico capacitado para diagnosticar el desarrollo del paciente. Además, es recomendable contar con un tratamiento recetado en un consultorio de forma previa antes de recurrir a la automedicación.
El paracetamol podría ser peligroso si se consume en exceso
En México, el paracetamol, conocido también como acetaminofén, es ampliamente consumido tanto en fórmulas únicas como en combinación con otros principios activos, principalmente para aliviar dolores de diversa índole o reducir la fiebre. Sin embargo, el uso excesivo de este compuesto puede derivar en daño al hígado. La COFEPRIS proporciona un listado de acciones preventivas para evitar complicaciones relacionadas con el paracetamol. Entre las pautas a seguir, destacan: evitar la automedicación; leer y seguir las instrucciones en las etiquetas; no combinar productos que contengan esta sustancia; no exceder la dosificación máxima recomendada; limitar la ingesta diaria a un máximo de tres gramos en adultos; y abstenerse de su consumo junto con alcohol. Estas medidas buscan preservar la salud y bienestar de los usuarios ante un consumo generalizado del fármaco.
Los ciudadanos son instados a estar alertas frente a señales adversas como náuseas persistentes, pérdida de peso, erupciones cutáneas o ictericia durante el tratamiento con paracetamol. En caso de presenciar estos síntomas, es imperativo cesar la ingesta y consultar a un profesional médico. La COFEPRIS recalca la importancia de considerar historiales de enfermedades hepáticas previas antes de decidir el uso de paracetamol y siempre bajo la supervisión de un especialista.
El abuso de los antibióticos elimina las bacterias benéficas
Los antibióticos, fármacos esenciales para tratar infecciones bacterianas, no tienen efectividad contra infecciones virales como los resfriados y la gripe. Expertos en salud reiteran que su administración inapropiada en estos casos no conduce a una mejoría y puede provocar consecuencias negativas para la salud, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC).
En la lucha contra infecciones, es crucial distinguir entre causas bacterianas y virales. El uso excesivo de antibióticos puede ocasionar efectos adversos como la eliminación de bacterias beneficiosas que habitan en nuestro organismo, lo que puede llevar a náuseas, diarrea y, en el caso de las mujeres, candidiasis vaginal. También puede incrementar la amenaza de infecciones resistentes a los medicamentos y exponer a los pacientes a riesgos de reacciones alérgicas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La resistencia a los antibióticos es una preocupación global que se ve alimentada por el uso indebido de estos medicamentos. Las entidades de salud pública instan a la población y al personal médico a promover el uso racional de antibióticos, reservándolos únicamente para infecciones confirmadas por bacterias. La autoadministración sin una prescripción médica adecuada se desaconseja firmemente debido a estos riesgos.
En el contexto de una enfermedad viral, la recomendación es optar por tratamientos que alivien los síntomas y fortalezcan el sistema inmunológico, mientras el cuerpo combate el virus por sí mismo. La prevención mediante vacunas y la higiene personal son las mejores estrategias para minimizar la incidencia de estas infecciones virales comunes, según la Unión Europea para la Prevención de Enfermedades (ECDC).
Los antigripales tienen efectos adversos distintos para la personas de diferentes edades
Los efectos adversos (EA) relacionados con el uso de inhibidores de la neuraminidasa (NAI) para el tratamiento de la gripe estacional varían según la edad del paciente y el medicamento específico utilizado. En particular, el oseltamivir se asoció con una mayor incidencia de EA, entre ellos trastornos psiquiátricos y gastrointestinales, mientras que en la población más joven se detectaron casos de vómitos y alucinaciones. En personas de edad avanzada que recibieron peramivir, aparecieron problemas hepáticos, insuficiencia cardíaca y eventos más graves como shock y paro cardiorrespiratorio, de acuerdo con un estudio publicado en Scientifics Reports.
El análisis descubrió que los síntomas adversos más comunes del zanamivir, usado para el tratamiento de la gripe, incluyen trastornos generales y problemas en el sitio de administración, siguiendo la línea de investigaciones previas. En lo que respecta al oseltamivir, la posible explicación para los EA de carácter neuropsiquiátrico incluye la interacción del fármaco con sistemas receptores en el sistema nervioso central y el metabolismo que involucra al carboxilato de oseltamivir, el metabolito activo del fármaco.
La investigación subraya la importancia de la vigilancia farmacológica debido a la variabilidad en la aparición de EA. Los datos del Sistema Centinela y otros sistemas de vigilancia de Estados Unidos. muestran que se prescribieron millones de tratamientos con fármacos NAI entre 2010 y 2015, lo que denota la amplia utilización de estos medicamentos en el tratamiento de la gripe.