En México, 53% de los especialistas de la salud particulares y públicos hacen uso de algún formato para llevar sus expedientes clínicos.
Sin embargo, el uso de las recetas médicas electrónicas es casi nulo, en ambos sectores, incluyendo el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Ventajas de su uso
Que los especialistas de salud migren a las recetas médicas electrónicas tiene sus ventajas, ya que su aplicación depende de regulaciones tanto en materia tecnológica como de ciberseguridad, porque la información no solo estará en manos de los médicos, sino también de farmacéuticas, farmacias y aseguradoras, estos son sus beneficios:
- Elimina las recetas apócrifas.
- Permite el seguimiento clínico de los pacientes crónicos.
- Evita el triple surtimiento para antibióticos o fórmulas controladas.
- Facilita el surtimiento de recetas con medicación a mediano y largo plazo.
- Permite una mayor auditoria para las empresas, entre otros.
- Se evita el robo de identidad de los pacientes.
Desregulación
Su implementación requiere ser compatible con el modelo tradicional, capacitación del personal de salud, software especializado y garantías de privacidad y uso de datos personales. En México, 30.25% de los consultorios médicos usa el Expediente Único Electrónico, muy por debajo de la media en América Latina que es de 65%; del gasto que realizan los mexicanos en salud 47.1% es para organismos privados, reportó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En países como España, Reino Unido, Portugal, entre otros ya se demostró su buen funcionamiento con una atención médica más eficiente y tecnológicamente avanzada.
Pese a que desde febrero de 2023 quedó aprobado expedir recetas de manera electrónica por los profesionales de la salud legalmente facultados para ello, la realidad es que el ámbito normativo, legal, de infraestructura y desarrollo son temas pendientes que impiden avanzar más allá; mientras eso sucede “el paciente podrá exigir la receta en formato físico, y el profesional de la salud o la institución de salud que se trate, estará obligado a entregarla”.
En la Cámara de Diputados se mantiene la propuesta de reforma a la Ley General de Salud para establecer el uso definitivo de la receta digital, que ya fue turnado a la Mesa Directiva y está pendiente su próxima discusión y votación en el Pleno.