En qué consiste y cómo aplicar el Hygge, la filosofía que usan los daneses para vivir mejor

Esta forma de vida invita a buscar generar espacios y experiencias “acogedoras” que nos hagan sentir seguros y cobijados

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Un ambiente armónico y tranquilo
Un ambiente armónico y tranquilo es lo que se persigue con la filosofía hygge (Imagen Ilustrativa Infobae)

No es un secreto que algunos de los países que ha reportado mayores niveles de felicidad en diversos estudios que miden este estado de bienestar son algunos de los pueblos nórdicos, razón por la cual muchos voltean a ver su forma de ver y entender la vida para aplicar sus conocimientos e incrementar sus niveles de felicidad.

Si bien ya hemos hablado de algunos de ellos, como es el caso del Gökotta sueco, hoy toca el turno de una filosofía de uno de sus países vecinos: Dinamarca.

Y es que los habitantes de dicho territorio poseen su propia filosofía de vida, la cual ha sido bautizada con el nombre de hygge término que, aunque carece de una traducción literal al español, suele ser usado para hablar de aquello que es “acogedor”.

Sentir calma y paz es
Sentir calma y paz es uno de los objetivos del hygge (Imagen ilustrativa Infobae)

Hygge: la manera de encontrar calidez y bienestar en la cotidianidad

La práctica de hygge ha sido vinculada con el alto índice de satisfacción este país nórdico y proviene de una palabra originaria de las lenguas danesa y noruega, que interpreta a la felicidad a través de la simplicidad, la calidez y el confort.

Originada en el principio de la búsqueda de un hogar físicamente cálido en inviernos severos, con temperaturas que rondan los 0ºC (32ºF), a los que son sometidos los daneses, esta filosofía subraya la importancia de encontrar satisfacción en lo básico y disfrutar las pequeñas cosas de la vida.

En este sentido, el hygge invita a dar valor de la serenidad y la relajación como parte del bienestar emocional. Para ello se promueve un balance entre la vida laboral y personal y se valora la construcción de lazos afectivos y recuerdos con amigos y familiares en un entorno íntimo.

Por su parte, esta forma de vida también invita a la búsqueda de la felicidad por medio de la desconexión tecnológica pues asocia que la hiperconexión es una de las principales causas de la infelicidad de la sociedad actual.

Es así que, en lugar de pasar tiempo viviendo a través de una pantalla, el hygge invita a incrementar el contacto con la naturaleza por medio de la implementación de largas caminatas como parte de la rutina diaria pues, para los daneses, salir a caminar por entornos verdes y apreciar el mundo natural se considera esencial para alcanzar una felicidad auténtica.

El contacto con la naturaleza
El contacto con la naturaleza parece ser esencial en las filosofías nórdicas. (Imagen ilustrativa Infobae)

Paralelamente, el hygge defiende que, aunque no se salga a entornos naturales, se puede aplicar este principio y la desconexión de la tecnología favoreciendo las actividades sin pantallas, como los juegos de mesa o las manualidades, apoyando la idea de vivir el presente y deleitarse en el ahora.

Aunque hygge es más reconocido durante el invierno, su práctica abarca todas las estaciones, enfocándose en el cuidado de uno mismo y en nutrir el contacto significativo con otros.

Ejemplos prácticos incluyen compartir una cena casera con amigos en una atmósfera relajada, disfrutar de una lectura tranquila en medio de una tarde lluviosa, o tomar un chocolate caliente tras una caminata al aire libre de tal manera que esos momentos creen un ambiente que nutra la tranquilidad personal y colectiva.

Esta práctica promueve la convivencia
Esta práctica promueve la convivencia efectiva sin tecnología. (Imagen ilustrativa Infobae)

Acorde a los estándares daneses, adoptar el hygge implica valorar no solo un entorno físico que promueva la calma sino también un estado mental que privilegie lo sencillo y lo genuinamente satisfactorio.

Es así que para aplicar estos principios se incita a las personas a buscar actividades, entornos y personas que inviten a la calma, a la paz y a una sensación de confort donde no sintamos la necesidad de huir o pelear.

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