Nuestro cuerpo produce una gran cantidad de sustancias que regulan diferentes cosas en nuestro organismo y una de las más importantes son las llamadas hormonas.
Si bien estas cumplen funciones específicas y todas son vitales, cuando se producen en cantidades no adecuadas, ya sea en menos cantidad o en exceso, pueden derivar en diferentes problemas de salud.
Una de estas importantes hormonas recibe el nombre de cortisol, la cual incluso es conocida como “hormona del estrés” debido a que suele producirse en grandes cantidades cuando nos encontramos en este estado de ánimo.
Sin embargo, a pesar de esta asociada a esta emoción, lo cierto es que el cortisol va mucho más allá pues tiene efectos en casi todos los órganos y tejidos del cuerpo.
Y es que esta hormona secretada por las glándulas adrenales, las cuales están ubicadas arriba de cada riñón, ayuda a regular una gran cantidad de funciones en el organismo.
Si bien existen algunos síntomas que se asocian con el cortisol elevado en realidad se trata de síntomas de cuándo ya existe un síndrome, con una producción desmedida, que causa una enfermedad conocida como Síndrome de Cushing.
De acuerdo con información de Medline Plus las personas que lo padecen pueden llegar a manifestar síntomas como:
- Aumento de peso, sobre todo alrededor de la sección media y la parte superior de la espalda.
- Dolor de cabeza.
- Problemas de concentración.
- Acné.
- Piel fina.
- Facilidad para hacerse moretones.
- Enrojecimiento facial.
- Dificultad para cicatrizar heridas.
- Debilidad muscular.
- Fatiga severa.
- Irritabilidad y problemas de concentración.
- Tensión arterial alta.
- Aparición de rayas de color púrpura en estómago, pechos, caderas y bajo los brazos.
Sin embargo, en realidad, la producción elevada de cortisol de manera crónica (sin que exista un síndrome de por medio) no suele manifestar síntomas aunque diversos estudios señalan que puede ser la causa de diversos problemas de salud entre los que se encuentran lo siguiente.
- Ansiedad.
- Depresión.
- Problemas digestivos.
- Dolores de cabeza.
- Tensión y dolor musculares.
- Enfermedad cardíaca, ataque cardíaco, presión arterial alta y accidente cerebrovascular.
- Problemas de sueño.
- Aumento de peso.
- Problemas de memoria y concentración.
En este sentido, la única manera de conocer cuáles son tus niveles de cortisol es mediante un estudio de laboratorio el cual puede realizarse por medio de la toma de muestras de sangre o de orina.
Sin embargo, para saber si una persona tiene una sobreproducción crónica de esta hormona sería necesario realizar pruebas periódicas para observar si los niveles suelen estar elevados de manera constante.
A pesar de que esto pueda resultar complicado se ha encontrado que personas que padecen de estrés crónico suelen tener niveles elevados constantes de esta hormona.
¿Cómo reducir los niveles de cortisol en el cuerpo?
Especialistas han señalado que, además de tratar de alejarnos de los factores de estrés, existen algunos métodos o recursos que se pueden usar para regular la sobreproducción de esta hormona.
Por ejemplo, se ha encontrado que realizar ejercicio regular su producción y hacerlo por la mañana es aun mejor pues restablece la producción normal en el cuerpo, el cual esta programado para producir más en la mañana y menos por la noche.
Por otro lado, también se ha encontrado que aquellas personas que practican meditación de manera regular son más propensos a volver a sus niveles normales después de haber pasado por una situación estresante.
Por su parte, se sabe que la práctica de actividades como el Tai Chi y el yoga también están asociados con una mejor regulación de esta hormona.