¿Estás enfermo? Esto es lo que dicen tus heces sobre tu salud

Cuando se hace un análisis de lo que sale de los intestinos es posible descubrir desde una deficiencia en nutrientes, inferir cómo es la dieta, cómo es la digestión e inclusive un problema de salud

Día Mundial del Retrete: En Colombia 485 mil hogares se encuentran sin servicio sanitario. Imagen de referencia.

Hablar de deposiciones es cosa seria, hablar de la caca puede ser un tema desagradable, chusco e incluso poético pues ya lo dice el poema, “de defecar nadie se escapa... y hasta la señorita más guapa”.

En el ámbito de salud, el estudio del excremento dice mucho de cada persona, pues permite conocer cómo funciona nuestro cuerpo y si está sano.

Análisis maloliente

No importa la zona o región del mundo donde nos encontremos, aunque el nombre sea distinto: excremento. deposición, deyección, heces, estiércol, basura, detrito, residuos, shit, inmundicia, suciedad, porquería, mierda, boñiga, caca, zurullo... hablamos de lo mismo.

Cuando se hace un análisis de lo que sale de los intestinos es posible descubrir desde una deficiencia en nutrientes, inferir cómo es la dieta, cómo es la digestión e inclusive un problema de salud.

Las heces y su composición son un indicador de posibles enfermedades y los análisis de caca están a la orden del día en cualquier consultorio; la investigación científica también se centra en las heces como objetos de estudio y búsqueda de aplicaciones.

Los seres humanos estamos llenos de microorganismos por todas partes, y a eso le llamamos microbiota, es la interfaz entre la alimentación y nosotros mismos. Hay infinidad de estudios que indican con certeza que ciertas composiciones microbiológicas están asociadas a enfermedades que pueden ir desde una infección intestinal hasta un cáncer de colon, pasando por fisuras, hemorroides, enfermedad del colon irritable, disbiosis o enfermedad de Crohn.

El excremento se ha vuelto parte importante de la cultura (Foto: Especial)

Mira lo que haces

Nomás de leerse, la acción en sí suena poco atractiva, pero necesaria, ya que al ir al baño y ver la forma, la textura, el color y olor de lo que sale del tracto digestivo ayudará a determinar si existe algún tipo de anomalía en nuestro interior.

Situaciones a considerar:

  • Tránsito lento. Si la persona experimenta movimientos intestinales infrecuentes, pueden ser producto de falta de agua (hidratación) y de fibra, de la que se necesita entre 25 y 30 gramos por día.
  • Heces de conejo. Las heces de pequeño tamaño pueden ser el producto de una dieta pobre en fibra o insuficiencia de agua, pero si se regulariza esta situación y no hay cambios, puede ser un signo de un cáncer rectal, un tumor que bloquea la evacuación.
  • Heces flotantes. Cuando quedan en la superficie del inodoro y la flotación ocurre de manera recurrente hay que consultar a un médico porque puede haber una mala absorción del intestino, ya sea por defecto o exceso.
  • Mal olor. Es obvio que nadie despide rosas o lavanda al ir al baño, pero si el hedor persiste varios días es sinónimo de intolerancias alimentarias o de la toma de medicamentos: En el primer caso hay que identificar qué grupo de alimentos caen mal; y en el segundo, consultar a un médico, ya que los olores muy penetrantes pueden deberse a una úlcera gastroduodenal o una gastritis erosiva.
  • Diarrea de más de 72 horas. Si la persona sufre diarrea varias veces al día por más de 72 horas puede ser signo de intolerancia a algún alimento o medicamento, por intoxicación, una mala absorción o síndrome de colon irritable.
  • Rastro de sangre en las heces. Signo inequívoco y obvio de que algo anda mal en el sistema digestivo que puede ir desde un cáncer hasta un pólipo pasando por la diverticulosis (bolsas que se forman en la pared del intestino), hemorroides o colitis.
Sin embargo, en cualquiera de los casos antes mencionados lo más conveniente es consultar a un médico especialista para que determine el tratamiento a seguir.