Cada año se lleva a cabo la Semana de Educación Financiera, organizada por Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios y Servicios Financieros (CONDUSEF). Su objetivo es acercar la educación financiera a la población en general, mediante conferencias y talleres. Sin embargo, ¿cómo está México respecto de educación financiera? ¿Hemos mejorado y qué queda pendiente?
La educación financiera es el desarrollo de competencias (conocimientos, habilidades y actitudes), que nos permitan tener un buen manejo del dinero y, con ello, tener finanzas sanas. Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la cual México es miembro, tienen el compromiso de implantar medidas para mejorar la educación financiera de su población. De manera periódica miden los avances de dichas iniciativas, considerando lo siguiente:
- Hábitos financieros- llevar un control de gastos, hacer un presupuesto, fijar metas financieras, niveles de ahorro y deuda, planes para el retiro y el uso de productos financieros.
- Actitudes y comportamiento hacia el dinero- grado de satisfacción con la situación financiera propia, motivación para cumplir metas financieras, gastar el dinero versus ahorrarlo, grado de enfoque cortoplacista, y confianza en proveedores de servicios financieros.
- Conocimientos financieros- saber calcular interés simple, interés compuesto; definir inflación y sus efectos, relación entre riesgo y recompensa, y diversificación de riesgos.
¿Lleva usted su presupuesto, ahorra y tiene metas financieras? ¿Su situación financiera no le quita el sueño? ¿Podría hacer el cálculo de interés compuesto? Si la respuesta es no a la mayoría de estas preguntas, no se sienta culpable. Casi nadie hemos recibido educación financiera formal; lo importante es identificar nuestras oportunidades de mejora y tomar acciones para ello.
¿Cómo estamos en Educación financiera?
En un estudio en países del G20 -grupo al que México pertenece-, el nivel de educación financiera de México está por debajo de la media del G20. Como puede verse en la siguiente gráfica, México tiene 12.1 puntos de un total de 21 posibles, mientras que el promedio de la OCDE es de 12.7. Si lo tradujéramos a una calificación base 10, el promedio de la OCDE sería de 6.0 y el de México de 5.8; es decir, el G20 pasa de panzazo y los mexicanos estamos reprobados.
En cuanto a los tres componentes de la educación financiera -conocimientos, hábitos y actitudes-, México sólo empata el 6.0 del G20 en términos de actitudes; en conocimientos México está en 5.9, mientras el G20 en 6.1; en habilidades México tiene 5.6, mientras el G20 promedia 6.0.
Lo anterior indica que los mexicanos tenemos el mínimo indispensable en términos de actitudes, pero estamos reprobados en conocimientos y, sobre todo en habilidades. Es decir, sabemos que es bueno ahorrar, que no debemos gastar todo el dinero o endeudarnos; que hay que planear y controlar nuestros gastos (actitudes); pero no llevamos un presupuesto ni ahorramos lo suficiente, y nos endrogamos con las tarjetas de crédito (hábitos).
También sabemos que no es pertinente poner todos los huevos en una misma canasta y conocemos, de sobra, los efectos de la inflación, pero pocos pueden hacer un cálculo correcto de intereses (conocimientos). Ello se traduce en un mal uso del crédito y en tener los ahorros en una tanda o en el colchón, en lugar de hacer que nuestro dinero genere más dinero (hábitos).
¿Qué falta por hacer?
Se considera que Semana de Educación Financiera ha logrado transmitir conocimientos financieros básicos a los asistentes (1). Sin embargo, al igual que la mayoría de iniciativas en educación financiera, sólo toca el componente Conocimientos.
El enfoque en conocimientos no es suficiente: sólo una fracción la población mexicana con altos conocimientos financieros, traduce dichos conocimientos en hábitos financieros sanos (CNBV, 2019) 2 . Abunda la evidencia científica, que indica que la educación financiera centrada en la transmisión de conocimientos no se traduce en buenos hábitos financieros, por dos razones principales: (1) en un taller es imposible generar hábitos y (2) en dichos talleres no se atienden factores cognitivos y emocionales, algunos de los cuales he tratado en artículos anteriores (e.g., gastar para satisfacer carencias emocionales, ser víctima de la contabilidad mental, considerar costos hundidos, mentalidad de manada, etc.).
Se requiere integrar la educación financiera desde el prescolar, a fin desarrollar en los niños hábitos y actitudes financieras sanas. En casa, los padres de familia requieren hacer una auto evaluación de sus propios conocimientos, actitudes y hábitos e iniciar cambios en sí mismos, para poder trasmitírselos a los hijos (3).
Para la población adulta, se requiere una campaña integral que transmita conocimientos e inculque actitudes sanas. También podrá ayudar identificar y promover influencers que transmitan buenos consejos sobre la toma de decisiones financiera. Deben existir alianzas entre instancias de gobierno, organizaciones de la sociedad civil y miembros del sector financiero, para implantar programas longitudinales de desarrollo de competencias financieras en las empresas; es decir, llevar la educación financiera a los centros de trabajo.
A nivel individual, cada quién debe hacer su tarea: llevar un control de gastos (abundan las aplicaciones para celular que ayudan en ello), hacer nuestro presupuesto y seguirlo (4) , establecer metas de ahorro y sólo contraer deudas cuando se trate de educación o de cualquier otro proyecto que incremente su patrimonio 5 (y dicho incremento genere recursos para pagar el préstamo).
No podemos dejarle todo al gobierno, a los bancos o a las organizaciones de la sociedad civil. Cada uno de nosotros debe buscar mejorarse. Nuestro bienestar financiero está de por medio.
1 Maravalle, A.; González Padiella, A. (2022) Expanding access to finance to boost growth and reduce inequalities in Mexico. OCDE Economics Department Working Papers 1717.
2 CNBV (2019), “Alfabetización Financiera en México”, Estudios de Inclusión Financiera No. 1, https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/613908/01_Indice_de_Alfabetizacion.pdf.
3 Para mayor detalle, consultar mi artículo “Cómo inculcar buenos hábitos financieros a los hijos”.
4 Ver mi artículo “¿No llegas a la quincena? No seas parte de la estadística”
5 Ver mi artículo “Pedir prestado ¿cuándo sí y cuándo no?”