Los crímenes del taxista que torturó y abusó de sus hijastras

Durante siete años, Jorge Antonio Iniestra Salas encerró y maltrató a su familia en Iztapalapa, Ciudad de México

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Jorge Antonio Iniestra Salas fue conocido como El Monstruo de Iztapalapa. Imagen: Jesús Ávila/ Infobae México
Jorge Antonio Iniestra Salas fue conocido como El Monstruo de Iztapalapa. Imagen: Jesús Ávila/ Infobae México

“No podría considerarme loco. Cínico a lo mejor sí”, dijo a medios de comunicación de forma burlona y con desdén Jorge Antonio Iniestra Salas, un hombre del que se hicieron públicos sus terribles crímenes que aterrorizaron a toda la sociedad mexicana en el 2011.

Su detención se debió a la denuncia interpuesta por su pareja sentimental Clara Tapia Herrera, quien conoció a Iniestra Salas en 2004 cuando se dedicaba a ser guardia de seguridad en una mueblería, debido a que su trabajo como taxista no le daba para salir con las cuentas.

Un año después, en el 2005, tras haberse ganado la confianza de Clara, ambos optaron por vivir juntos en la consejería de la Escuela Primaria Manuel C.Tello, en la alcaldía Iztapalapa, donde la mujer era conserje y vivía con sus tres hijos: Gabriela, Rebeca y el pequeño Ricardo.

El 25 de marzo de ese año, Tapia Herrera descubrió a Iniestra Salas abusando sexualmente de Rebeca, de 12 años. La mujer, de entonces 44 años, se quedó inmobil ante lo que estaba viendo, mientras Gabriela, de 15 años, se encontraba sollozando al otro lado de la habitación presenciando el horror del momento.

Clara Tapia Herrera dijo en conferencia de prensa que se peleaba con su pequeño hijo por comida: Foto: Reuters
Clara Tapia Herrera dijo en conferencia de prensa que se peleaba con su pequeño hijo por comida: Foto: Reuters

Esa no fue la única pesadilla que pasó la familia. En su declaración ante autoridades capitalinas, Clara aseguró que no había denunciado a su pareja porque temía ser abandonada por el taxista que tenía 32 años.

Según el procurador general de justicia del entonces Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, Iniestra “valiéndose de amenazas y engaños” continuó abusando de las jóvenes procreando cinco hijos.

El funcionario capitalino narró en su momento que en el 2006, Iniestra sacó de la escuela a sus hijastras, al tiempo que les prohibió salir de su casa “para no tuvieran alguna relación con otro hombre”.

Las autoridades capitalinas mencionaron que el taxista encerró a las niñas, tapó las ventanas con tabiques y madera. Las restricciones eran tal que ni siquiera les permitía salir al baño.

Todo eso pasaba con las niñas, mientras Clara y Ricardo estaban en otra habitación. Mancera aseguró que a lo largo de la relación Tapia Herrera entregaba su sueldo y todos sus ingresos a Iniestra Salas con tal de que no la dejara.

Las mujeres estaban secuestradas en un pequeño cuarto insalubre. Foto: Reuters
Las mujeres estaban secuestradas en un pequeño cuarto insalubre. Foto: Reuters

De acuerdo con el Sol de Cuernavaca, Jorge engañó a sus hijastras y convenció a Clara para que participara en actos sexuales, mientras el pequeño Ricardo era obligado a observar.

El medio señaló que el niño fue forzado a trabajar recolectando cartón y vendiendo chicles, para que el dinero recabado fuera entregado a Iniestra Salas.

Según el periódico, Ricardo vivía en un tinaco con plásticos y cobijas debido a que no se le permitía entrar al interior de la vivienda, pero las sospechas de padres de familia y autoridades escolares sobre lo que pasaba dentro del plantel hicieron que se mudaran del lugar.

De acuerdo con autoridades capitalinas, Iniestra llevó a sus víctimas a la casa de su madre en el 2009. Ahí la tortura no terminó pues las niñas seguían encerradas. El taxista ahora tenía complices, pues era ayudado por sus tres hermanos y otro menor de edad.

El Sol de Cuernavaca informó que una tarde, Rebeca intentó pedir ayuda luego de percatarse que una de las ventanas estaba abierta, acción de la cual el taxista se percató, por lo que la golpeó con un tubo en la cabeza hasta dejarla sin vida.

La sociedad nombró a este asesinato como “El monstruo de Iztapalapa” Foto: Reuters
La sociedad nombró a este asesinato como “El monstruo de Iztapalapa” Foto: Reuters

Aunque en un principio se había mencionado que el sujeto intentó revivir a Rebeca, pero en su desesperación cometió otra terrible y mortal acción, ya supuestamente había colocado el cuerpo de la víctima en el pecho de Ashley, hija de Rebeca de apenas tres meses de edad, por lo que se especuló que la bebé murió asfixiada por este hecho. Sin embargo, el procurador capitalino señaló que sí pereció asfixiada, pero debido a que Iniestra aparentemente lo forzó a mamar del pecho de su madre muerta.

Cuando esta historia se hizo pública, la sociedad nombró a este asesinato como “El monstruo de Iztapalapa”, mismo que enterró los dos cuerpos de las mujeres debajo de la cama donde dormían Gabriela y los otros niños.

De acuerdo con las aurtoridades capitalinas, Iniestra Salas escondió un mes los cuerpos de la adolescente y el bebé en el interior del cuarto, pero el olor fétido hizo que sacara los cadáveres con ayuda de su hermano, para luego lanzarlos dentro de una bolsa plástica en la carretera México-Puebla, en donde autoridades del Estado de México los encontraron y abrieron una averiguación previa.

Iniestra fue detenido junto a  su madre, hermanos y con Clara Tapia Herrera en el 2011. Foto: EFE
Iniestra fue detenido junto a su madre, hermanos y con Clara Tapia Herrera en el 2011. Foto: EFE

Iniestra fue detenido junto a su madre, hermanos y con Clara Tapia Herrera, quien fue juzgada en su momento por la sociedad al permitir que le hicieran eso a sus hijas.

Finalmente, el 25 de mayo del 2015, magistrados de la Octava Sala Penal confirmaron la sentencia de 241 años de prisión dictada por un juez de primera instancia contra Jorge Antonio Iniestra Salas.

En la resolución también se fijó una multa a pagar 665 mil 971 pesos, luego de que los magistrados encontraran culpable por los delitos de: homicidio calificado; homicidio en razón de parentesco; secuestro agravado; corrupción de personas menores de edad; explotación laboral de menores de edad y violencia familiar equiparada.

En el caso de su familiar y cómplice Soledad Salas Torres fue sentenciada a más 20 años; Juan Carlos Iniestra Salas y Claudia Iniestra Salas, 18 años y nueve meses de cárcel, cada uno, como responsables del delito de secuestro agravado.

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