Naomi Whitehead, a sus 114 años, es testigo de más de un siglo de historia y cambios, desde la invención de los cierres hasta el uso masivo de celulares. Sin embargo, lo que verdaderamente llama la atención sobre esta mujer de Georgia, convertida recientemente en la persona más longeva de Estados Unidos, es su sencillez y determinación para vivir una vida saludable y plena. Para muchos, la longevidad es un misterio o un resultado de costosos “biohacks”, pero Whitehead sugiere que su longevidad se debe a tres principios fundamentales y accesibles.
Cuáles son las tres razones de la longevidad de Naomi Whitehead
Trabajo arduo y actividad física
El primer consejo de Naomi Whitehead es trabajar duro. Este principio, aparentemente sencillo, se refleja en su vida como trabajadora agrícola, donde pasó años cultivando campos y cosechando algodón y tabaco. Este esfuerzo diario le exigía constante movimiento y actividad física, lo que, según numerosos estudios, es fundamental para mantener la salud a largo plazo. De hecho, un estudio publicado en 2023 en el British Journal of Sports Medicine sugiere que las personas que permanecen activas regularmente tienen menos probabilidades de morir jóvenes en comparación con aquellas que llevan una vida sedentaria.
El consejo de Whitehead también coincide con los testimonios de otros longevos. Por ejemplo, William, un canadiense de 101 años, atribuye su longevidad a la variedad de trabajos que realizó hasta retirarse a los 85 años. Estos ejemplos demuestran cómo mantenerse físicamente activo, ya sea en el campo, en una fábrica o mediante cualquier labor que requiera esfuerzo, podría ser un factor determinante en la prolongación de la vida.
Sentido de comunidad
Otro de los pilares de Whitehead es su fuerte fe religiosa y su sentido de comunidad. Su nieto, Dan Whitehead, la describe como “una mujer piadosa” y “bendecida”. La religión, más allá de ser un sistema de creencias, puede ofrecer un propósito y sentido de pertenencia, dos factores que fueron relacionados con una vida más larga. Un estudio de 2016 realizado en la Harvard T.H. Chan School of Public Health sobre 74.534 enfermeras en Estados Unidos encontró que aquellas que asistían a servicios religiosos más de una vez por semana tenían un 33% menos de probabilidades de morir jóvenes en comparación con quienes no asistían.
Además del beneficio psicológico, los vínculos sociales en comunidades religiosas pueden proveer apoyo emocional y fomentar actitudes positivas ante la vida. Esta red de apoyo, junto a la paz interior que muchos encuentran en la espiritualidad, parecen ser aspectos importantes en la salud y longevidad de quienes practican alguna forma de religión.
Evitar el alcohol y el tabaco
Por último, Whitehead atribuye su longevidad a nunca haber fumado ni bebido alcohol. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en repetidas ocasiones sobre los riesgos del consumo de estas sustancias. De acuerdo con la OMS, el tabaco provoca ocho millones de muertes al año a nivel mundial. En cuanto al alcohol, el organismo señala que no existe un nivel seguro de consumo, pues incluso el consumo moderado está asociado con diversos tipos de cáncer y otras enfermedades graves.
A nivel estadístico, las personas que nunca fumaron tienden a vivir hasta 10 años más que los fumadores, según la American Cancer Society. Whitehead, siguiendo una vida sin estas sustancias, parece haber evitado los riesgos asociados y, a sus 114 años, es un testimonio vivo de los efectos positivos de mantenerse alejada de estos hábitos.
Aunque factores genéticos también influyen en la longevidad, el caso de Naomi Whitehead ilustra que, para muchas personas longevas, una vida simple y con hábitos saludables puede ser la clave para alcanzar edades avanzadas.