Pierre-Alain Delaby, un chef reconocido de 33 años originario de Saint-Valery-sur-Somme, en de departamento francés de Somme, ha decidido cerrar las puertas de su restaurante Le Mathurin , especializado en pescados, en respuesta al incremento del turismo en la localidad. “Para mí, en Saint-Valery hay demasiado turismo”, eha explicado Delaby en declaraciones a Le Parisien, y ha agregado que las expectativas de los visitantes han alterado la experiencia gastronómica que buscaba ofrecer. Según el chef, muchos de los turistas prefieren opciones rápidas y económicas para dedicar la mayor parte de su tiempo a recorrer los atractivos naturales de la región.
Saint-Valery-sur-Somme, un destino muy popular en el Somme, ha visto un notable aumento en el flujo de visitantes en los últimos años. Con sus 22.600 habitantes, la ciudad cuenta con un amplio patrimonio natural y arquitectónico, entre los que destacan el parque Bouvaque, la iglesia del Santo Sepulcro con sus célebres vidrieras creadas por Alfred Manessier y la colegiata de Saint-Vulfran. Sin embargo, para Pierre-Alain Delaby, este crecimiento turístico ha impactado negativamente el enfoque gastronómico de su restaurante y la interacción con sus clientes.
En ese contexto, el chef ha tomado la decisión de trasladar su actividad culinaria a Abbeville, un municipio ubicado a unos 20 kilómetros de distancia, donde reside con su familia desde hace una década. Según Delaby, su intención es crear un espacio que permita disfrutar de una cocina de calidad, en el que los comensales puedan dedicar tiempo a la experiencia gastronómica y, al mismo tiempo, promover la riqueza culinaria y cultural de la región. Este cambio también estuvo motivado por el deseo de lograr un equilibrio entre su vida profesional y personal en una localidad diferente.
La transformación en Abbeville
Tras cuatro años de búsqueda, Delaby encontró el lugar ideal para su nuevo proyecto en Abbeville: una mansión privada construida en 1898, que en su momento perteneció a un empresario textil y, más tarde, a un abogado. El edificio, que llevaba varios años en desuso, fue renovado por el chef con el objetivo de albergar su nuevo restaurante, llamado La Léontine. La renovación del inmueble, que respeta detalles como los suelos de parquet y las molduras en los techos, representó una inversión de alrededor de 1,5 millones de euros, incluyendo la compra y las obras de adaptación.
El restaurante, descrito por Delaby como “la casa de la pasión”, abrió sus puertas al público el pasado 20 de diciembre. Su oferta culinaria se centra en productos de alta calidad, destacando pescados capturados por el padre y el hermano del chef, así como una selección de carnes. Para atraer a los clientes, Delaby diseñó un menú de mediodía a un precio de 39 euros. “Tengo reservas limitadas para ir avanzando sobre la marcha. Hay muchos clientes antiguos y gente de Abbeville que vienen por el momento”, detalló el chef.
El diseño del restaurante también priorizó elementos prácticos, como un sótano de acceso independiente destinado al almacenamiento y las entregas. Delaby señaló que este espacio funcional era uno de los factores clave en la elección del edificio.
Nuevas oportunidades en Saint-Valery-sur-Somme
Pese al cambio de ubicación de su restaurante principal, Delaby no ha cerrado definitivamente las puertas a Saint-Valery-sur-Somme. Con la intención de seguir adaptándose a las necesidades del creciente turismo en la localidad, el chef tiene previsto reabrir los locales del antiguo Le Mathurin en primavera, pero con un enfoque diferente. En esta nueva etapa, se asociará con dos amigos para ofrecer opciones de comida callejera de alta gama, pensadas específicamente para los turistas que buscan algo rápido pero de calidad.
Un desafío para mantener la excelencia
La decisión de Pierre-Alain Delaby de trasladar su restaurante y cambiar su oferta en Saint-Valery-sur-Somme refleja los desafíos a los que se enfrentan los empresarios de la industria gastronómica en destinos altamente turísticos. El chef expresó su compromiso con ofrecer una cocina de calidad que vaya más allá de las expectativas del turismo de masas, priorizando a los clientes que valoren la experiencia gastronómica y el tiempo dedicado a disfrutar los platos.
La historia de Delaby también pone de manifiesto cómo algunos profesionales adaptan sus proyectos ante los cambios en las dinámicas locales, sin dejar de apostar por su pasión y su visión. Para él, La Léontine representa una oportunidad para redefinir su propuesta gastronómica y consolidar su presencia en un entorno que considera más favorable tanto para su carrera como para su vida personal.