Karlos Arguiñano durante su última entrevista en 'El Hormiguero' La Navidad es tiempo de compartir alegrías, momentos inolvidables y por supuesto, también regalos. Todo con un denominador común: pasar tiempo de calidad con familia y amigos. Pero con el paso de los años, tal vez, la tarea de pensar un regalo para ese familiar o aquel compañero de trabajo puede hacerse un verdadero quebradero de cabeza. Unos optan por gastarse una buena cantidad de dinero para asegurar el acierto, en cambio, otros, prefieren inclinarse por regalos más simbólicos. Uno de ellos es el conocido chef vasco Karlos Arguiñano.
El chef de 76 años visitó El Hormiguero para promocionar su nuevo libro 575 recetas para triunfar, fáciles de hacer y ricas de comer. Durante el transcurso de la entrevista se tocaron diferentes temas como las distintas recetas clásicas españolas, la tradicional cena de Nochebuena en familia o el hambre.
“En nuestra familia ya no hacemos regalos, plantamos árboles”, ha explicó Arguiñano en su última visita al programa de Pablo Motos. “Cuando ya tienes tantos hijos y nietos, lo tienen todo. ¿Qué les regalas? Entonces empezamos a regalarnos árboles. Tengo hayas, robles, castaños, frutales, cerezos…”, declaró el chef.
El motivo de la curiosa tradición de la familia, empezada hace ya diez años, es que todos tienen ya “calcetines, bicicletas, patinetes, tablas de surf, zapatillas, trajes de neopreno”, señaló con humor Arguiñano. Un día decidieron no complicarse y empezar una bonita costumbre: “Tengo plantados 300 árboles, clásicos y frutales, como manzanos, perales, higueras”, enumeró el chef.
La plantación tan extensa comenzó a construirse hace ya algunos años en el municipio de Zarautz, en Guipúzcoa, pero no solo cuenta con este espectacular sembrado; también cuenta con un huerto y bastantes animales: más de 50 gallinas, dos ocas, conejos, un par de cerdos, dos perros y pavos reales. “Todo muy natural. Y ahora estoy criando capones porque suelo regalarlos en estas fechas a mis amigos, unos 40″, comentó el chef.
No es de extrañar que esta tradición cogiera fuerza enseguida en la familia. Karlos y su mujer, Luisi Ameztoy, acaban de celebrar sus bodas de oro (50 años casados) y tienen 7 hijos. A su vez, estos les han regalado un total de 14 nietos, el último, recién nacido. Para Arguiñano, es tal es caos de recordar todos los nombres que hasta los recuenta en el programa, aunque no pudo acordarse de tres, ya que les ponen “nombres de ríos africanos”, ha confesado el chef entre risas.
En la familia Arguiñano existe una buena relación. No esperan a la Navidad para juntarse. Comen cada fin de semana en su casa, juntándose entre 18 y 29 personas los domingos. “Mantenemos el buen clima laboral en casa porque siempre hicimos cosas en grupo, en la casa y en el trabajo”, explicó Karlos.
Karlos Arguiñano es padre de siete. Seis de ellos han seguido sus pasos y de alguna manera están implicados en el mundo culinario Pero hay una cosa en la que no se juntan. Los hijos del cocinero son grandes aficionados del surf, deporte que también parece encantar a los más pequeños de la familia. Sin embargo, al hablar del tema con Pablo Motos, Karlos se mostró en contra de practicar este deporte: “Tengo unos hijos muy surfistas, y los nietos también, pero yo soy de tierra alta”.
Otro tema que se trató durante el programa son los regalos que se llevan a una casa cuando se es invitado a comer. En este caso, Karlos ofrece un regalo casero y original para disfrutar en la mesa: “El regalo más importante que hago yo son huevos. Tú sabes la alegría que le das a una persona cuando le das dos docenas de huevos de tus gallinas”, dijo el chef, exponiendo que si el regalo es tuyo, hecho por ti, y pensando en la persona que se lo vas a regalar, es imposible fallar.