Receta de Yorkshire Pudding de Jamie Oliver (Adobe Stock / Archivo)El Yorkshire pudding es un elemento esencial en las comidas dominicales británicas, unos deliciosos bocados similares al pan cuya historia se remonta siglos atrás. Este sencillísimo plato, que hoy acompaña a los platos de carne como guarnición, originalmente se servía como entrante en el condado de Yorkshire, lugar desde donde se ha difundido hasta convertirse en todo un clásico.
En esencia, se trata de una pequeña oblea horneada, una preparación sencilla a base de harina, huevos y agua o leche. Estos ingredientes se hornean, dando como resultado una especie de buñuelo de aroma tostado, exterior crujiente y un interior de textura esponjosa.
Tradicionalmente, estos bocados se inventaron como solución para recoger el jugo y la grasa que goteaban de las piezas de carne asadas al horno, de manera que la masa del pudding se colocaba debajo y absorbía así todo este sabor.
Receta de Yorkshire puddings, una guarnición de tradición británica (Adobe Stock)Aunque se cree que esta receta existe desde hace siglos, la primera prueba documental data de 1737, donde aparece con el nombre de dripping pudding. Con el tiempo, la receta ha ido adaptándose a las nuevas tradiciones gastronómicas, sobreviviendo hasta llegar a la actualidad como uno de los platos más míticos del recetario inglés.
Hoy en día, el pudding de Yorkshire es una de las guarniciones básicas de los platos de carne de las comidas dominicales británicas, más conocidos como Sunday Roasts, así como en ocasiones especiales como Navidad. Suele servirse aderezado con gravy, una salsa densa y marrón preparada con el jugo de la ternera asada.
Para aprender a elaborar estos bocados, nada como escuchar los consejos del que probablemente sea el chef inglés más conocido en el panorama internacional: Jamie Oliver. A través de un vídeo en su canal de YouTube, el cocinero explicaba sus trucos y secretos para conseguir el pudding perfecto.
Su receta comienza preparando la masa, que tiene como base cuatro huevos, frescos y de gallinas camperas, bien batidos en un bol grande para que se aireen lo suficiente. Añade a continuación 200 ml de leche entera y 200 g de harina normal, tamizada para hacer la masa más ligera y sin grumos. Solo faltará incluir una pizca de sal.
Antes de hornear nuestra masa, hay que atravesar un paso fundamental, que consiste en precalentar el aceite en los propios moldes. Es el único secreto para hacer unos buenos Yorkshires: echar la masa en la grasa caliente y ligeramente humeante y meter rápidamente el molde en el horno.
Para ello, antes de comenzar a hornear la masa, el cocinero británico añade aproximadamente un centímetro de aceite en cada uno de los moldes, un aceite que soporte bien las altas temperaturas. Continúa precalentando el horno a 190 °C durante unos 15 minutos, tiempo durante el cual el molde permanece dentro del horno, de forma que el aceite comience a calentarse.
Pasado un cuarto de hora, el chef saca el molde con el aceite caliente del horno y vierte la masa en cada uno de los huecos, cuidando de no verter fuera parte de la mezcla. El aceite caliente comenzará en este momento a cocinar la masa, que luego elevará en el horno con el calor.
Rápidamente, Oliver introduce la masa en el horno, dejándola cocinarse durante entre 20 y 25 minutos, sin abrir la puerta en ningún momento, para mantener la elevación de este mini-puddin.