El cambio climático te hace engordar: cómo se relacionan la obesidad y el calentamiento global

Las altas temperaturas se relacionan con mayores tasas de obesidad, según un estudio

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Imagen de archivo: dos hombres
Imagen de archivo: dos hombres con sobrepeso. (USC SANTI ALVITE)

Afecta al nivel del mar, la calidad del aire, la supervivencia de las especies... El cambio climatico extiende sus catastróficas consecuencias por diferentes aspectos de la vida cotidiana y sus efectos en el ser humano van siendo cada vez más conocidos. Recientes estudios han apuntado que incluso influye en el peso de las personas.

En los últimos años, la prevalencia de la obesidad ha ido aumentando en España. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) calcula que un 55,8% de la población española presenta exceso de peso, un 37,1% sobrepeso y un 18,7% llega a un estado de obesidad. La respuesta puede estar no solo en la dieta, sino en el aumento de las temperaturas. Así lo afirma Marta Giralt Oms, catedrática de Bioquímica y Biomedicina Molecular de la Universitat de Barcelona (UB).

Según expresó en el pasado Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), “la actual epidemia mundial de obesidad se produce en paralelo al calentamiento global asociado al cambio climáccio”. “La evidencia epidemiológica sugiere que el aumento de las temperaturas ambientales está contribuyendo a las crecientes tasas de sobrepeso y obesidad a nivel mundial”, aseguró la investigadora del Instituto de Biomedicina de la Universitat de Barcelona.

Se trata de una de las conclusiones a las que llegó el estudio Di@betes.es en el año 2010, una macroinvestigación que, en uno de sus apartados, reveló una posible conexión entre la temperatura ambiental y la obesidad en la población española. El análisis del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), en el que trabaja también Giralt Oms, indica que la prevalencia de la obesidad en España aumenta progresivamente según sube la temperatura media anual.

El estudio se llevó a cabo entre 2009 y 2010 y se centró en examinar el impacto de la temperatura ambiente sobre la obesidad, una preocupación creciente a nivel mundial. Mediante un enfoque que incluyó múltiples factores clínicos, demográficos y de estilo de vida, los investigadores analizaron a 5.061 participantes de 100 grupos de salud diferentes en España.

En las áreas con las temperaturas más frías (entre 10.4 y 14.5 grados centígrados), la tasa de obesidad era del 26.9%, mientras que en las áreas más cálidas (17.8 a 21.3 grados centígrados), esta aumentaba al 33.6%. Los autores concluyeron que la temperatura ambiental podría influir en el riesgo de obesidad.

El calor y la alimentación

Pero, ¿cómo se explica que una mayor temperatura provoque mayores tsas de obesidad?. “Hay un impacto en la producción de alimentos, lo que acarrea una malnutrición. Es decir, no solo desnutrición, sino también alimentación obesogénica”, explicó Giralt OMS en el Congreso de la SEEDO. “El calentamiento global también afecta al gasto energético, disminuyendo la actividad física y minimizando la necesidad de termogénesis fisiolígica”, añadió.

El aumeto de las temperaturas incide también en los procesos de termogénesis, es decir, la capacidad del cuerpo de generar calor en el organismo y con el que el se queman calorías. Este mecanismo humano se activa en respuesta al frío y, con el calentamiento global, se bloquean, lo que se considera un efecto inductor de la obesidad.

La obesidad severa es una enfermedad crónica, compleja y con una alta prevalencia, que se asocia frecuentemente con otras enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la diabetes o enfermedades cardiovasculares.

Las personas con obesidad contaminan más

La relación entre cambio climático y sobrepeso es recíproca; uno influye en el otro. Según explicó Giralt Oms, “hay estimaciones que indican que una persona con sobrepeso genera aproximadamente una tonelada más de dióxido de carbono al año que una pesrsona delgada, con lo que la obesidad podría suponer el 1,6% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero”.

Ante esta situación, la científica llamó a realizar un “máximo esfuerzo” contra el cambio climático, que repercutiría positivamente en la prevención de la obesidad.

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