Receta de fabes con almejas tradicional de Asturias, un plato de legumbres delicioso

El plato de fabes con almejas es un emblema de la cocina asturiana, donde los productos del mar y la tierra se encuentran en perfecta armonía. Las fabes, suaves y cremosas, se combinan con el sabor salino de las almejas, creando un guiso reconfortante y lleno de matices. Ideal para días fríos o para celebraciones, este plato refleja la riqueza y tradición culinaria de Asturias.

El origen de esta receta está ligado a la abundancia de legumbres y mariscos en Asturias. Aunque la fabada asturiana con embutidos es más conocida, las fabes con almejas ofrecen una versión más ligera y refinada, ideal para quienes buscan un plato menos contundente pero igualmente sabroso. Se dice que este cambio tuvo lugar para adaptar el plato a las áreas costeras de Asturias, donde las almejas y otros frutos del mar eran abundantes y accesibles.

Históricamente, Asturias ha estado marcada por la estrecha relación entre la montaña y el mar, conocidas como “tierrina” y “mar”, respectivamente. Las fabes, una variedad de alubias blancas tiernas y mantecosas, eran cultivadas en las fértiles tierras del interior, mientras que las almejas provenían de la costa del mar Cantábrico. Su unión en un mismo plato simboliza la integración de estos dos mundos, representando una perfecta fusión de ingredientes de tierra y mar.

Aunque es difícil determinar una fecha exacta para su origen, las fabes con almejas ganaron popularidad en el siglo XX, especialmente en los restaurantes y sidrerías asturianas. Con el tiempo, su receta se ha extendido a toda España, siendo ahora uno de los platos más representativos de la gastronomía asturiana y un claro ejemplo de la versatilidad de las legumbres en la cocina española.

La preparación de este plato comienza con un remojo de las fabes durante la noche para garantizar su textura tierna. Luego se cuecen lentamente, acompañadas de sofrito de ajo y cebolla, hasta alcanzar una consistencia ideal. Las almejas, previamente depuradas para eliminar arena, se añaden hacia el final, aportando su característico sabor a mar.

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• Remojo de las fabes: 12 horas.
• Preparación y cocción: 2 horas y 30 minutos.

• 500 g de fabes (alubias blancas).
• 1 kg de almejas.
• 1 cebolla grande.
• 2 dientes de ajo.
• 1 hoja de laurel.
• 1 cucharadita de pimentón dulce.
• 100 ml de vino blanco.
• 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
• Sal al gusto.
• Perejil fresco picado para decorar.

• Remojo: deja las fabes en remojo la noche anterior en agua fría.
• Preparación de las fabes: escúrrelas y colócalas en una olla grande con agua limpia, la hoja de laurel y una pizca de sal. Cocina a fuego lento durante aproximadamente 1 hora y 30 minutos, retirando la espuma que se forme en la superficie.
• Depurar las almejas: mientras tanto, coloca las almejas en un recipiente con agua y sal durante al menos 30 minutos para eliminar restos de arena.
• Sofrito: en una sartén, calienta el aceite de oliva y sofríe los ajos picados y la cebolla finamente picada. Cuando estén dorados, añade el pimentón dulce y el vino blanco, dejando que el alcohol se evapore.
• Añadir las almejas: incorpora las almejas al sofrito y tapa la sartén. Cocina a fuego medio hasta que las almejas se abran. Desecha las que permanezcan cerradas.
• Unir fabes y almejas: vierte el sofrito con las almejas en la olla con las fabes. Mezcla suavemente y deja cocinar a fuego lento por otros 15 minutos para que los sabores se integren.
• Rectificar: prueba y ajusta la sal si es necesario. Espolvorea perejil fresco antes de servir.

Esta receta de fabes con almejas da lugar a 4 porciones generosas, ideales como plato único.

• Calorías: 400 kcal.
• Grasas: 10 g.
• Grasas saturadas: 1.5 g.
• Carbohidratos: 50 g.
• Azúcares: 3 g.
• Proteínas: 25 g.

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

Las fabes con almejas se pueden conservar en la nevera hasta dos días, siempre y cuando se guarden en un recipiente hermético. Si planeas congelarlas, es mejor hacerlo sin las almejas, ya que estas pierden su textura al descongelarse.