Cuando un perro llega al hogar, nuestro único anhelo es que esté a gusto, para ello nos aseguramos de que tenga juguetes, una cama, algún mordedor y mucho cariño. La dieta es también una parte esencial para que nuestra mascota se encuentre lo mejor posible y crezca sana y fuerte. Dar con una buena alimentación es fundamental para aportarle todos los nutrientes esenciales y favorecer su estado de salud.
Los animales, al igual que las personas, tienen necesidades nutricionales y energéticas distintas dependiendo de su edad, tamaño, etapa de vida o nivel de actividad física. Por eso, es vital adaptar su comida cuando son cachorros y realizar una transición de la alimentación en la etapa adulta. Su menú ideal debe contener una combinación de proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales. Además, es necesario medir la cantidad para evitar la obesidad y otras complicaciones.
Alimentos que no deben comer los perros
Aunque tradicionalmente, haya ciertos alimentos que han sido asociados con la alimentación de los perros, algunos pueden ser perjudiciales para su salud, como ocurre con los huesos, sobre todo, si son cocidos o tienen una textura inadecuada. Los principales motivos son:
- Riesgo de fractura dental: los huesos duros pueden causar la rotura de dientes, lo que requiere tratamientos veterinarios costosos y dolorosos.
- Asfixia: los fragmentos pequeños de hueso pueden engancharse en la garganta, obstruyendo las vías respiratorias.
- Daño gastrointestinal: los trozos afilados pueden perforar o causar lesiones en el estómago o los intestinos, pudiendo derivar en infecciones graves o la necesidad de una cirugía de emergencia.
- Estreñimiento: los huesos pueden provocar obstrucción intestinal o estreñimiento severo, debido a la dificultad para digerirlos.
- Intoxicación: los huesos cocidos, en concreto, son más frágiles y propensos a astillarse, lo que aumenta el riesgo de lesiones internas.
Entonces, ¿cómo aportarle a nuestra mascota ese calcio que le daban los huesos? La solución puede parecer extraña, pero es efectiva: la cáscara de huevo.
Por qué deben comer los perros cáscara de huevo
La cáscara de huevo aporta múltiples nutrientes a nuestras mascotas, en concreto, minerales como el calcio. Es recomendable, sobre todo, para los cachorros, hembras embarazadas o mascotas seniors. Es un suplemento natural que ayuda la formación y mantenimiento de huesos fuertes, así como el desarrollo muscular.
Asimismo, el calcio presente en la cáscara de huevo contribuye a la prevención de problemas como la osteopenia en perros adultos o mayores. Además, contiene pequeñas cantidades de proteínas y ácidos grasos omega, que favorecen el desarrollo equilibrado de los cachorros. Estos nutrientes también fortalecen las articulaciones, lo que es crucial para perros activos o de razas con predisposición a problemas articulares, como los Rottweiler, Pastor Alemán o Golden Retriever.
Para hembras embarazadas o lactantes, este producto es una fuente adicional de calcio que ayuda a satisfacer las altas demandas de este mineral durante estas etapas. Mejora la calidad de la leche materna y a la recuperación de los niveles de este mineral en el organismo de la madre. Para los perros adultos, este suplemento puede ser un complemento nutricional que favorece su bienestar general y evita deficiencias asociadas a dietas incompletas.
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