La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado ciertos alimentos que podrían incrementar el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer. Este vínculo entre alimentación y el cáncer subraya la importancia de adoptar hábitos alimenticios más saludables para reducir el riesgo de esta enfermedad. La OMS destaca que entre el 80% y el 90% de los tumores malignos están relacionados con factores externos, incluyendo la dieta.
Tal y como ha señalado la OMS, algunos alimentos contienen carcinógenos, sustancias que pueden causar cáncer. La influencia de estos carcinógenos en el organismo puede variar según la genética de cada persona, así como el nivel y la duración de la exposición a estas sustancias. Además de esto, hay alimentos que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2 y la obesidad, las cuales están relacionadas con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Por ello, es crucial conocer qué alimentos evitar para reducir estos riesgos.
Carnes procesadas
Según la información proporcionada por Oncosalud, entre los alimentos más dañinos se encuentran las carnes procesadas, clasificadas como carcinógenos del Grupo 1 por la OMS. Este grupo incluye productos como los perritos calientes, el jamón y la carne en conserva, que están vinculados al cáncer colorrectal y de estómago. Como alternativas, podrían estar los pescados blancos, carnes blancas como el pollo o el pavo, o sucedáneos de la carne como el tofu o el seitán.
La carne roja, aunque menos peligrosa que la procesada, está clasificada en el Grupo 2A, lo que indica que es “probablemente cancerígena para los humanos”. Se recomienda limitar su consumo a no más de 100 gramos de carne roja cocida por semana para reducir el riesgo de cáncer. Alternativas como las legumbres, alubias, carne blanca o pescado pueden ser opciones más saludables.
Alcohol
El alcohol también está en la lista de sustancias que pueden aumentar el riesgo de cáncer. Clasificado como carcinógeno del Grupo 1, su consumo está asociado con varios tipos de cáncer, incluyendo el de boca, garganta, esófago, mama, hígado, estómago e intestino. Además, el alcohol puede interferir con la función inmunológica, dificultando la eliminación de células pre cancerosas y cancerosas.
Comida rápida
Por otro lado, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer sugiere limitar el consumo de comida rápida y alimentos procesados ricos en grasas, almidones o azúcares. Estos alimentos pueden contribuir al aumento de peso, lo que es un factor de riesgo para el cáncer. Se recomienda optar por bocadillos caseros a base de pan integral, sushi o ensaladas como alternativas más saludables.
Alimentos recocidos y pescados salados
El método de cocción también juega un papel importante. Los alimentos recocidos, especialmente las carnes, pueden generar sustancias cancerígenas como las aminas heterocíclicas (HCA) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH), que pueden alterar el ADN de las células. Se aconseja evitar métodos de cocción como las barbacoas o cocinar sobre llamas abiertas por mucho tiempo, y optar por técnicas más saludables como la cocción a presión o el horneado a temperaturas más bajas.
Además, el pescado salado, un método tradicional de conservación, también está clasificado como carcinógeno del Grupo 1. Se recomienda sustituirlo por pescados o mariscos frescos como gambas, mejillones o calamares.
Bebidas azucaradas
Finalmente, las bebidas azucaradas o gaseosas no dietéticas pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y obesidad, factores de riesgo importantes para varios tipos de cáncer. Mantener un peso saludable es clave para reducir este riesgo.