Qué son los nuégados, un dulce castellanomanchego que se disfruta en el Día de Todos los Santos

Elaborados a partir de una mezcla de harina, huevos y miel, este dulce de Todos los Santos se sirve en forma de rosca y forma parte de la tradición gastronómica más dulce de La Mancha

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Núegados manchegos, unas bolitas de masa frita bañadas en miel (Adobe Stock)
Núegados manchegos, unas bolitas de masa frita bañadas en miel (Adobe Stock)

España es un país de celebraciones y, en todas ellas, el comer y el beber juegan un papel fundamental. El Día de Todos los Santos no iba a ser menos. Mucho antes de que la costumbre anglosajona de disfrazarse y comer caramelos en Halloween se extendiera, el 1 de noviembre y los días previos ya eran jornadas de fiesta en la cultura española, una tradición con siglos de historia que, como no, se asocia también a homenajes gastronómicos varios.

Aunque algunas de estas recetas son comunes a la mayor parte de la geografía española, como es el caso de los buñuelos, también existen algunas elaboraciones más desconocidas, propias de provincias, regiones o incluso localidades más concretas. Buen ejemplo de ello son los nuégados, un delicioso dulce con el que se acompañan las celebraciones del 1 de noviembre en Castilla-La Mancha.

Clásicos no solo en el Día de Todos los Santos sino también en Semana Santa y Carnaval, se caracterizan por su intenso sabor dulce y por una deliciosa combinación de texturas, crujiente por fuera y suave por dentro. Con esta receta se demuestra el gusto por las frituras en la cocina manchega, algo que se puede observar en otras tradiciones como la de las flores fritas o las rosquillas.

La receta de nuégados manchegos consiste en mezclar harina, huevos, un poco de anís y ralladura de limón para formar una masa firme y muy aromática. Posteriormente, esta masa se fríe en pequeñas bolitas hasta dorarse y se baña en una mezcla de miel, logrando así que los nuégados se impregnen de un sabor dulce y aromático. En ocasiones, estas bolitas fritas e impregnadas de miel se presentan pegadas entre sí en una especie de rosca o montoncito.

Receta de nuégados manchegos

Tiempo de elaboración: 1 hora

Ingredientes:

  • 250 g de harina de trigo
  • 2 huevos
  • 1 cucharada de anís o licor de anís
  • Ralladura de 1 limón
  • 1 pizca de sal
  • 300 g de miel
  • Aceite de oliva para freír

Elaboración:

  1. En un bol grande, mezcla la harina con los huevos, el anís, la ralladura de limón y una pizca de sal.
  2. Amasa bien hasta obtener una masa homogénea y ligeramente firme. Si la masa está demasiado seca, puedes añadir un poco de agua hasta lograr la consistencia deseada.
  3. Deja reposar la masa durante unos 10 minutos para que los sabores se integren.
  4. Divide la masa en pequeñas bolitas del tamaño de una nuez.
  5. Calienta suficiente aceite de oliva en una sartén a fuego medio-alto y fríe las bolitas de masa hasta que estén doradas, aproximadamente 2 minutos por cada lado.
  6. Retira los nuégados y colócalos sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
  7. En una olla aparte, calienta la miel a fuego bajo y, cuando esté líquida, sumerge cada nuégado en la miel, cubriéndolos completamente.
  8. Coloca los nuégados bañados en una bandeja y deja que se enfríen antes de servir.

¿Cuántas raciones se obtienen de esta receta?

Esta receta de nuégados manchegos rinde aproximadamente 6 porciones, ideal para disfrutar en una merienda o en una reunión familiar.

¿Cuál es el valor nutricional de cada porción de esta receta?

Cada porción de nuégados manchegos contiene aproximadamente:

  • Calorías: 280
  • Grasas: 8 g
  • Grasas saturadas: 1.5 g
  • Carbohidratos: 45 g
  • Azúcares: 35 g
  • Proteínas: 4 g

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

¿Cuánto tiempo se puede conservar esta preparación?

Los nuégados manchegos se pueden conservar en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante 3 días. Es recomendable no refrigerarlos, ya que pueden perder su textura crujiente.

Buñuelos de viento, la receta más esponjosa típica de Semana Santa y Todos los Santos.
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