Aceite de oliva, vino, carnes y embutidos. La gastronomía cordobesa está marcada por sus deliciosos productos, también por un recetario repleto de platos ricos y sencillos, marcados por la rica historia y la mezcla de culturas que han marcado este territorio. Una de las elaboraciones más queridas, repetidas hasta la saciedad en la comanda de los bares y restaurantes de Córdoba, es el flamenquín, un filete relleno de embutido y empanado que acompaña al salmorejo en el podio de los platos más conocidos de la gastronomía tradicional.
Esta tapa andaluza encuentra en realidad su lugar de origen en Jaén, donde también es muy frecuente consumirlos. El historiador y gastrónomo, Juan Vicente Córcol sitúa el origen de este plato tan andaluz en las cocinas del restaurante Madrid-Sevilla en Andújar, provincia de Jaén, un local ubicado junto a la antigua carretera nacional, de ahí su nombre. De la expresión “¡Esto nos ha quedado muy flamenco!”, que se pronunció en el momento de su creación, surgiría su curioso nombre. No obstante, existen muchas teorías que explican su nacimiento y, sobre todo, su bautizo, asociado en ocasiones a su característica forma alargada, similar a la pata de un flamenco, y a su color “rubio” similar al de estos animales, tan presentes en la vega del Guadalquivir.
Los flamenquines andaluces se preparan con carne de cerdo tierna y jamón serrano, enrollados, empanados y fritos hasta alcanzar un dorado perfecto. Uno de los trucos imprescindibles para que nuestros flamenquines queden perfectos es que el filete de cerdo sea lo más fino posible. Para conseguirlo, tendremos que espalmar la carne, es decir, golpear los filetes con un utensilio que puede ser un mazo de carne, un rodillo o simplemente con la base de un cazo de cocina, hasta aplastar bien los filetes.
Aunque su versión clásica incluye únicamente carne de cerdo y jamón serrano, también es posible encontrar variantes con que añaden queso o que sustituyen el jamón por otros embutidos como el pavo. Se hagan como se hagan, los flamenquines son un plato irresistible que muestra la riqueza de la cocina del sur de España, una delicia que podemos elaborar en casa y convertir en uno de nuestros platos estrella.
Receta de flamenquines
Tiempo de elaboración: 1 hora
Ingredientes:
- 500 g de carne de cerdo (lomillo o cinta de lomo), cortada en tiras finas
- 200 g de jamón serrano en lonchas finas
- Sal y pimienta al gusto
- Harina para rebozar
- 2 huevos
- Pan rallado para el empanado
- Aceite de oliva para freír
Elaboración:
- Preparar la carne: Coloca las tiras de carne de cerdo entre dos papeles de cocina y aplánalas un poco con un mazo o rodillo. Salpimienta cada tira al gusto.
- Colocar el jamón: Sobre cada tira de carne, coloca una loncha de jamón serrano.
- Enrollar: Enrolla cuidadosamente cada tira de carne con el jamón en su interior, creando un cilindro bien ajustado.
- Rebozar en harina: Pasa cada flamenquín primero por harina, cubriéndolo bien.
- Empanado: Luego, pásalo por huevo batido y finalmente por el pan rallado, asegurándote de cubrir bien cada flamenquín.
- Freír: Calienta abundante aceite en una sartén y fríe cada flamenquín a fuego medio-alto hasta que estén dorados y crujientes. Retíralos y colócalos sobre papel absorbente.
- Servir: Sirve los flamenquines calientes, acompañados de patatas fritas, ensalada o incluso alguna salsa como mayonesa o alioli.
¿Cuántas raciones se obtienen de esta receta?
Con esta cantidad de ingredientes, la receta rinde aproximadamente 4 porciones.
¿Cuál es el valor nutricional de cada porción de esta receta?
Cada porción de flamenquines contiene aproximadamente:
- Calorías: 350
- Grasas: 20 g
- Grasas saturadas: 5 g
- Carbohidratos: 20 g
- Azúcares: 1 g
- Proteínas: 25 g
Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.
¿Cuánto tiempo se puede conservar esta preparación?
Los flamenquines se pueden conservar en la nevera hasta por 3 días, guardados en un recipiente hermético. Para recalentarlos, es preferible usar un horno o una sartén para recuperar su textura crujiente.