Cómo afecta la soledad a los niños que no hacen amigos en el colegio: “Puede llevar a problemas de autoestima, donde cree que no merece ser querido”

La psicóloga infantil Isabel González defiende en una entrevista con ‘Infobae España’ la importancia de la amistad en la infancia, su impacto en el desarrollo de los niños y el papel de los padres en este ámbito de la vida de sus hijos

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Unas niñas juegan en un parque. (Pixabay)
Unas niñas juegan en un parque. (Pixabay)

En la hora del recreo en el patio de un colegio, los estímulos visuales y sonoros inundan la atmósfera. Niños y niñas corriendo, escondiéndose, trepando, saltando, persiguiendo un balón, haciendo pequeñas representaciones teatrales, imaginando, inventando idiomas propios... Es en ese clima de juegos y socialización donde, sin ellos saberlo, se están colocando pequeños ladrillos que moldearán parte de su personalidad. Pero, ¿qué ocurre con el niño o la niña que es un agente pasivo de esta escena? ¿Que no participa y se limita a observar cómo juega el resto de sus compañeros de su clase?

Al igual que les ocurre a los adultos, muchos niños y niñas tienen dificultad para hacer amigos y para integrarse, ya sea por timidez o porque todavía no han conocido a nadie acorde a ellos. Es natural que esta situación preocupe a los padres, y más si no saben cómo pueden ayudar a sus hijos. Isabel González es psicóloga infantil del grupo Telos y ofrece para Infobae España las claves para ayudar a los más pequeños a forjar amistades.

Pregunta: ¿Cuál es la importancia de tener amigos durante la infancia?

Respuesta: Somos seres sociables por naturaleza y vivimos en comunidad, por lo que tenemos una necesidad innata de vincularnos con los demás. Las amistades en la infancia son un pilar esencial para el desarrollo integral del niño. A través de ellas, los niños tienen la oportunidad de aprender y desarrollar habilidades sociales que les permiten adaptarse de manera adecuada a su entorno. Estas relaciones tempranas sientan las bases para crear y mantener vínculos saludables en el futuro, contribuyendo a su bienestar emocional y social a lo largo de la vida. Cuando los niños tienen amigos que los aceptan y valoran, se sienten más seguros de sí mismos. Esto refuerza su autoestima, ya que se ven a través de los ojos de sus amigos y sienten que son importantes para ellos. Los niños recurren a sus amigos para expresar emociones y compartir experiencias, les ofrecen un sentido de pertenencia y aceptación, algo crucial para su crecimiento emocional y psicosocial. Igual las cosas en mi casa no están bien, pero sé que mañana iré al cole, voy a estar con mis amigos con los que voy a jugar, explorar, compartir... y me voy a sentir mejor.

P: ¿Qué riesgos puede suponer no tener amigos para el desarrollo del niño?

R: La falta de amistades en la infancia puede traer consigo riesgos importantes que afectan no solo el desarrollo del niño, sino también su vida adulta. Los niños que no tienen amigos suelen sentirse muy solos, y esa sensación de soledad puede seguirles cuando crezcan. Esto puede hacer que se relacionen con los demás desde una dependencia emocional, por miedo a estar solos, o que, por el contrario, se vuelvan muy independientes, evitando establecer conexiones significativas con otras personas. Además, la ausencia de amistades puede afectar cómo se ven a sí mismos. Sin el apoyo y la aceptación de sus compañeros, muchos niños desarrollan una imagen negativa de sí mismos, sintiendo que no son dignos de amistad o que no tienen mucho que ofrecer a los demás. Esta percepción distorsionada puede llevar a problemas de autoestima, donde el niño cree que no merece ser querido. También pueden enfrentar dificultades para adaptarse a situaciones sociales, sintiéndose inseguros y ansiosos, especialmente en entornos desconocidos. Esa inseguridad puede dar lugar a ansiedad social.

“Los padres no deben forzar al hijo a socializar”

P: Si un padre ve que su hijo no tiene amigos, ¿de qué manera puede intervenir? ¿Es sano que lo hagan?

R: Los papás pueden intervenir, pero de una forma sutil y constructiva. Esto significa que, en lugar de forzar a su hijo a socializar o elegir amigos por él, deben centrarse en escuchar y comprender a su hijo. Hablar con el niño sobre sus sentimientos y experiencias es esencial para entender sus dificultades para hacer amigos. Al validar sus emociones y explorar juntos las razones por las que ha surgido esta dificultad, los padres pueden ayudar a que su hijo se sienta más seguro y apoyado. Es fundamental que los padres mantengan la calma. Es normal que se preocupen al ver que su hijo no tiene amigos, pero mostrar esa preocupación puede hacer que el niño sienta que algo no está bien, lo que puede aumentar sus inseguridades. Si los padres abordan el tema con tranquilidad, pueden crear un ambiente seguro y acogedor donde el niño se sienta cómodo para abrirse y compartir lo que está viviendo. Así, podrá expresarse sin sentir que está haciendo algo mal o que está causando preocupación a sus padres. Los padres pueden crear oportunidades para que el niño pueda interactuar: por ejemplo, actividades extraescolares, quedadas con compañeros de clase fuera del colegio... Ellos son la referencia más importante en la vida de sus hijos. Si muestran maneras positivas de comunicarse y resolver conflictos, estarán siendo un gran ejemplo para sus pequeños.

P: ¿Se puede aprender a hacer amigos?

R: Sí, porque las habilidades sociales pueden desarrollarse con la práctica. Los adultos juegan un papel importante, al modelar comportamientos positivos. Participar en actividades grupales también les brinda la oportunidad de interactuar con los demás. Además, ayudarles a manejar emociones como la ansiedad les permitirá sentirse más seguros al socializar. Celebrar sus esfuerzos y fomentar la empatía también les ayuda a construir relaciones más significativas. Con el apoyo adecuado y un poco de práctica, todos los niños pueden aprender a hacer amigos.

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