Cómo hacer churros sin gluten, una receta casera para una deliciosa merienda apta para celíacos

Con recetas como esta, que sustituyen la harina de trigo tradicional por otras alternativas sin gluten, los celíacos ya no tendrán que renunciar a este delicioso desayuno de domingo

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Cómo hacer churros sin gluten
Cómo hacer churros sin gluten en casa (Pixabay)

Los churros son, sin lugar a dudas, la fruta de sartén más consumida y querida de toda la gastronomía española. Las churrerías y puestos ambulantes dedicados por completo a esta delicia se pueden encontrar en prácticamente cualquier esquina del país, convirtiéndose así en uno de los pecados dulces más queridos entre niños y adultos.

En España es tradición disfrutar de una docena de churros en el desayuno de los domingos o como capricho durante la merienda, en la mayoría de las ocasiones acompañada de una espesa taza de chocolate caliente. Especialmente en los meses de invierno, cuando esta contundente combinación comienza a llenar las mesas de cafeterías y las manos de abrigados paseantes.

A pesar de que lo más frecuente sea comprar los churros en este tipo de establecimientos, en realidad se trata de una receta sencilla, que parte de una masa fácil de hacer y que necesita de solo unos cuantos ingredientes. Aunque, tradicionalmente, los churros clásicos se elaboran con harina de trigo, es posible versionarlos en casa para convertirlos en un bocado apto para celiacos y personas con intolerancias o sensibilidades al gluten, sin necesidad de sacrificar el sabor o la textura.

Para esta receta, utilizaremos una mezcla de harinas sin gluten que permitirá obtener la textura tradicional de los churros: crujientes por fuera y esponjosos por dentro. Para ello, usaremos una mezcla de harina de arroz y fécula de maíz, dos harinas industriales que nos darán la combinación ideal para esta receta. El secreto está en freírlos a la temperatura correcta para que se cocinen uniformemente, consiguiendo que queden bien hechos por dentro sin llegar a quemarse.

Receta de churros sin gluten

Tiempo de elaboración: 35 minutos

Ingredientes:

  • 120 g de harina de arroz
  • 80 g de fécula de maíz (maicena)
  • 240 ml de agua
  • 30 g de mantequilla
  • 10 g de azúcar
  • 1/4 cucharadita de sal (1,5 g)
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
  • Aceite para freír
  • Azúcar y canela para espolvorear

Elaboración:

  1. En una cacerola, calienta el agua junto con la mantequilla, el azúcar y la sal. Lleva la mezcla a ebullición.
  2. Una vez que comience a hervir, retira del fuego y añade la harina de arroz y la fécula de maíz de golpe. Remueve rápidamente con una cuchara de madera hasta que la masa esté suave y bien integrada.
  3. Agrega el extracto de vainilla si lo deseas y mezcla bien.
  4. Deja reposar la masa durante 10 minutos para que se enfríe un poco.
  5. Coloca la masa en una manga pastelera con una boquilla en forma de estrella.
  6. Calienta suficiente aceite en una sartén profunda o freidora a 180 °C.
  7. Forma los churros directamente sobre el aceite caliente, presionando la manga pastelera para que caigan tiras de masa de unos 10 cm de largo.
  8. Fríe los churros durante unos 2-3 minutos por cada lado, o hasta que estén dorados y crujientes.
  9. Retira los churros con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  10. Espolvorea los churros con azúcar y canela al gusto mientras aún están calientes.

¿Cuántas raciones se obtienen de esta receta?

Con esta receta obtendrás entre 15 y 20 churros, dependiendo del tamaño que les des.

¿Cuál es el valor nutricional de cada porción de esta receta?

Cada porción de 3-4 churros sin gluten contiene aproximadamente:

  • Calorías: 200
  • Grasas: 10 g
  • Grasas saturadas: 3 g
  • Carbohidratos: 25 g
  • Azúcares: 5 g
  • Proteínas: 2 g

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

¿Cuánto tiempo se puede conservar esta preparación?

Los churros son mejores cuando se disfrutan frescos, pero puedes conservarlos en un recipiente hermético a temperatura ambiente por hasta 2 días. Si deseas recalentarlos, puedes hacerlo en el horno a baja temperatura para que recuperen su crujiente.

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