Alrededor de ocho millones de mujeres en España están pasando, o ya han pasado, la etapa de la menopausia. Entre ellas, dos de cada tres se sienten solas y no escuchadas durante ese momento de sus vidas, según un estudio de la empresa Domma, especializada en investigación y tratamiento de la menopausia, que advierte de las graves consecuencias de atravesar esta etapa sin apoyo. Esto hace que las mujeres se sientan perdidas, avergonzadas, e incluso juzgadas.
Este abandono, según nos cuenta Mireia Roca, cofundadora de Domma, radica principalmente en que es una condición exclusiva de la mujer. “La menopausia, como muchos de los procesos de la mujer en la salud, han sido muy invisibilizados y falta mucha investigación”, ha explicado. El problema es que esta estigmatización ocurre de manera generalizada, porque “en la ciencia ha habido mucha brecha de género, no solo en la salud sexual y reproductiva, sino también en otros campos”. Esta situación, explica Roca, ha provocado que “haya menos investigación, menos información, menos tratamientos y, al final, un desconocimiento general de la salud de la mujer”.
¿Qué es la menopausia?
La menopausia es el cese natural y permanente de la menstruación, y se produce cuando se cumple un año sin tener la regla. Es el final de la etapa reproductiva de una mujer, lo que hace que sea un proceso todavía más ignorado. “La salud de la mujer se ha centrado históricamente en la ginecología y la obstetricia, todo lo relacionado con la fertilidad, el embarazo y el parto”, aclara Mireia, porque, históricamente, “la mujer sirve para procrear, y ¿qué pasa luego? Se ha olvidado esa parte”.
Desde el punto de vista médico, la ginecóloga María Victoria López habla de que, “los síntomas físicos y emocionales de la menopausia los sufren el 75% de las mujeres”, como pueden ser sofocos, cambios de humor, problemas de memoria e impacto en los huesos. Todo esto hace que “las mujeres vivan la menopausia como una experiencia vergonzosa, silenciada y, a menudo, ocultada”, comenta la doctora. Considerando una perspectiva más social, López también recalca que “la desigualdad de género es un factor que todavía contribuye a la discriminación de las mujeres que pasan por este momento vital”.
“El hecho de no sentirse apoyada ni comprendida genera mucho sentimiento de soledad y de frustración, incluso piensas que te estás volviendo loca porque no sabes qué te pasa y nadie te entiende” continúa Mireia. Explica, además, que la vida laboral de las mujeres se ve afectada por esta incomprensión, porque “alrededor de un 70% de las mujeres con menopausia tienen problemas de insomnio” o “imagínate que te da un sofoco en una reunión, y sientes vergüenza porque no lo puedes expresar con seguridad, y crees que tu entorno no lo va a entender”.
Cambios a nivel médico y social
Este proceso puede ocupar más de la mitad de la vida de una mujer, si contamos que la premenopausia puede empezar a partir de los 40 años y que la esperanza de vida está casi en los 90. Aun así, la menopausia todavía es muy desconocida: “Hay varios estudios que explican que los ginecólogos no se sienten preparados para tratar la menopausia, porque falta especialización”, denuncia Roca, alegando que “si los médicos especialistas en salud de la mujer no saben cómo acompañarnos, ¿qué vamos a hacer?”.
Lo principal y más significativo, según la cofundadora de Domma, es que hay que “poner a la mujer en el centro”, y “escucharla, no minimizar lo que le pasa”. Además, bien es sabido que el conocimiento es poder, y cuanto antes se enseñe qué es la menopausia, mejor: “Hay que compartir información desde antes, no solo cuando llega la menopausia, sino que tendríamos que saber qué es desde que somos pequeños, igual que se explica en las escuelas la salud reproductiva y cómo funciona el embarazo”.
Desde el campo de la salud, la ginecóloga López evidencia que, además de que no hay especialización, “falta tiempo en las consultas para poder abordar todo lo que la menopausia genera en la mujer”. “Para mejorar la atención, lo más importante es que el profesional esté actualizado y dedique tiempo a escuchar, a dejar hablar, y a aconsejar a las pacientes”, concluye.
Menopausia y vida sexual
Y es que la menopausia no solo afecta a la vida social y laboral, también a la vida sexual de las mujeres. La doctora López nos desarrolla alguno de los síntomas que puede generar el descenso de la producción de estrógenos: falta de deseo sexual, una menor lubricación vaginal, dolor durante el coito o menor intensidad en la excitación, entre otros.
“Todo esto influye negativamente en la vida sexual de las mujeres y hace que huyan de ella”, continúa la ginecóloga, y nos añade algunas soluciones. Por ejemplo, la comunicación con la pareja es muy importante, tanto para poder aumentar la intimidad como para mejorar las relaciones. También recomienda el uso de lubricantes, o algo tan simple como hacer ejercicio para mejorar el ánimo y reducir el estrés.
La menopausia precoz también existe
Aunque la etapa de la premenopausia puede empezar a partir de los 40 años, hay mujeres que, por diversas circunstancias, tienen la menopausia incluso antes, proceso que se denomina menopausia precoz, y hay diferentes tipos. Por un lado, está la que aparece de forma natural, “que puede ser por un fallo ovárico o insuficiencia ovárica precoz, que significa que la reserva de óvulos de la mujer se agota antes de tiempo”, nos describe Mireia, manifestando que “faltan muchos estudios para saber cuál es el motivo, ya que afecta a entre un 4% y un 6% de las mujeres”.
Luego está la menopausia precoz inducida, que puede aparecer como efecto de alguna medicación u operación, o que se provoque química o fisiológicamente, “como puede ser una extirpación de útero, o cuando has tenido un cáncer y te has tenido que someter a una quimioterapia que ha anulado la función ovárica y se ha entrado en menopausia”, continúa Roca. En estos casos, hay mujeres que, “incluso antes de los 30 años”, ya entran en la etapa de la menopausia.
Mitos sobre la menopausia
Uno de los mitos más comunes alrededor de la menopausia, es que esta etapa es sinónimo de envejecimiento. La doctora López nos cuenta que, cuando tiene que hablar con sus pacientes, las explica que “es un error vincular la menopausia con la edad, y se debería aprovechar esta fase para introducir algunos cambios que, por un lado, ayudarán a combatir los efectos de la menopausia, y por otro, servirán a medio-largo plazo para vivir más y mejor”.
Mucha gente cree también que la menopausia es una enfermedad, pero la doctora esclarece que simplemente es “una etapa de la vida de la mujer” conocida como climaterio. Otro error es pensar que la menopausia engorda: “Por el déficit de estrógenos y otras hormonas, existe una distribución de la grasa diferente, especialmente alrededor de la cintura y las caderas, pero con una alimentación adecuada y ejercicio físico, incluyendo ejercicios de fuerza, podremos controlar ese aumento de peso”.
Luego está la convicción de que, si la regla llegó a una edad tardía, la menopausia también llegará tarde. López argumenta que “la edad de la menopausia no se relaciona con la de la primera regla”, pero sí puede tener relación “con la edad a la que ha aparecido la menopausia en familiares cercanas”, aunque no es algo exacto.