Muchas personas tienden a evitar utilizar un tenedor que alguien haya usado previamente o beber de la misma botella. Se trata de un comportamiento totalmente normal y pulcro, aunque hay quienes lo llevan al extremo, hasta el punto de no poder siquiera utilizar el mismo utensilio por miedo a contagiarse de alguna supuesta bacteria. Según Barreiro Psicología, la razón tras esta actitud puede ser la hipocondría.
La hipocondría es una condición psicológica en la que una persona vive con un miedo constante y desproporcionado a padecer una enfermedad grave, a pesar de no presentar síntomas significativos. Este miedo puede llevar a conductas de evitación, como negarse a usar utensilios de otras personas por temor a contagiarse. Desde el punto de vista psicológico, esta acción refleja una combinación de ansiedad, control obsesivo y preocupaciones irracionales sobre la salud.
La hipocondría se caracteriza por una preocupación persistente por la salud, y las personas que la padecen suelen interpretar de manera exagerada las sensaciones corporales normales o triviales como signos de una enfermedad grave. El miedo al contagio es uno de los factores que alimentan estas preocupaciones, ya que las personas con trastorno de ansiedad por la enfermedad tienden a creer que pueden contraer enfermedades fácilmente. Esta preocupación a menudo es irracional y no se basa en hechos médicos, sino en la percepción distorsionada de la amenaza que representan los gérmenes o las bacterias presentes en objetos cotidianos.
El acto de evitar compartir utensilios con otros, como cucharas, tenedores o vasos, puede verse como una manifestación de esta preocupación. Para alguien con hipocondría, los utensilios pueden percibirse como una vía de transmisión de enfermedades, incluso en situaciones donde no hay pruebas razonables de que exista un riesgo real. Según los psicólogos, esto puede deberse a la creencia errónea de que las enfermedades pueden propagarse fácilmente a través del contacto indirecto o por la falta de confianza en las prácticas de higiene de los demás, lo que genera un ciclo de pensamientos obsesivos y conductas de evitación.
Evitar los utensilios de otras personas no es solo una conducta de evitación, sino también un intento de controlar el entorno, un aspecto fundamental de la ansiedad, ya que la sensación de que uno puede gestionar y prevenir los riesgos ayuda a reducir la angustia. En la mente de una persona hipocondríaca, evitar los objetos que han estado en contacto con otros es una forma de controlar su exposición a enfermedades, incluso si esta percepción es irracional. Al evitar el uso de estos objetos, sienten que están protegiéndose de una amenaza inminente.
Aunque no todas las personas con hipocondría desarrollan trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), hay similitudes en la forma en que ambos trastornos abordan el miedo al contagio. La creencia irracional de que compartir utensilios puede llevar a una enfermedad grave puede convertirse en una obsesión, y el acto de evitar el uso de estos objetos puede convertirse en una compulsión. El objetivo es evitar la ansiedad que surge del pensamiento obsesivo, pero a largo plazo, esta conducta refuerza el ciclo de miedo y evitación y puede degenerar en un TOC.
Tratamiento de la hipocondría
El tratamiento para el trastorno de ansiedad por la enfermedad suele incluir terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a las personas a identificar y desafiar los pensamientos irracionales que alimentan su miedo al contagio. A través de la TCC, los pacientes aprenden a modificar las creencias distorsionadas sobre la enfermedad y el contagio, lo que puede reducir las conductas de evitación. En algunos casos, también se puede recomendar medicación, como antidepresivos, para ayudar a manejar mejor los síntomas de ansiedad.