El próximo 25 de octubre, en poco más de una semana, las puertas de Bevir se cerrarán definitivamente. Este restaurante canario, liderado por el chef José Luis Espino y por Rogelio Tenorio al frente del proyecto, ha anunciado su cierre definitivo apenas un año después de haber conseguido su primera estrella Michelin. Una noticia que ha conmocionado al sector de la alta cocina y de la que se hacían eco medios locales como el diario Las Provincias.
A pesar del gran éxito que había alcanzado este restaurante de Las Palmas de Gran Canaria, con la estrella Michelin como gran hito, las dificultades económicas que atravesaba el negocio han sido el detonante final para tomar esta difícil decisión. Así lo confirmaba el propio dueño del restaurante en declaraciones recogidas por Canarias Ahora. “Bevir no puede seguir adelante ya que la situación económica del proyecto lo hace inviable. Llevamos muchos meses en pérdidas, pensé que con la Estrella Michelin que ganamos en noviembre pasado se podría remontar la situación, pero por desgracia no ha sido así”, explicaba.
“Tener una Estrella Michelin puede ser una bendición para posicionarte en el panorama nacional, pero no tengo claro que nuestra ciudad tenga el flujo de gente suficiente para sostener un proyecto sin las espaldas de las grandes multinacionales, inversores u hoteles”, continuaba explicando el líder de esta propuesta en declaraciones recogidas por el periódico digital. El restaurante, que contaba además con 1 Sol de la Guía Repsol y otros reconocimientos como la presencia en la guía de restaurantes vegetales We´re Smart, centraba su propuesta en la huerta y el mar que le rodeaba, con la sostenibilidad y el producto fresco de la zona como grandes aliados.
En efecto, la cocina sostenible era uno de los pilares de la propuesta de Bevir, una cocina que utilizaba principalmente los productos de temporada que llegaban de la huerta o que eran capturados de las costas canarias. El aprovechamiento era otra de sus grandes señas de identidad, tanto que habían logrado trabajar sin producir prácticamente ningún residuo orgánico.
Su oferta gastronómica se basaba en dos menús degustación de corte actual-creativo, titulados Fortunata y Jacinta, en honor a los famosos personajes del escritor local Benito Pérez Galdós, uno de los máximos representantes de la novela realista española del s. XIX. A esta dos opciones, disponibles por 100 y 120 euros por comensal, se le sumaba otro menú, en este caso una opción completamente vegetariana, que presentaba sus platos bajo el nombre de Halma.
Gran Canaria dice adiós así al que era la última de sus incorporaciones a la guía francesa, un restaurante que los expertos de Michelin definían como “una casa de parada obligada” que “centra su propuesta en la huerta y el mar circundante, exaltando siempre los sabores canarios más autóctonos y utilizando técnicas modernas que no dejan a nadie indiferente”. A partir del próximo día 25, la isla seguirá representada en la guía con sus otros dos restaurantes con una estrella Michelin, Poemas by Hermanos Padrón y Tabaiba, ambos en la capital, y con su estrella Verde, que brilla en el restaurante Muxgo, en el Hotel Santa Catalina.
Por el momento, no se conoce qué sucederá con el equipo que ha formado parte de este proyecto ni con la marca Bevir que ha llevado este restaurante al éxito gastronómico.