En ocasiones, muchos de nosotros nos hemos levantado algo enfermos y hemos decidido tomarnos una pastilla con el café de la mañana. Sin embargo, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos advierte que mezclar medicamentos con café puede ser una combinación problemática por las interacciones entre la cafeína y los fármacos.
El café es una bebida estimulante con efectos directos sobre el sistema nervioso central, pero también puede influir en el metabolismo de los fármacos, alterando su eficacia y seguridad. Por ello, lo más aconsejable siempre es tomar los medicamentos con agua, ya que tiene un comportamiento neutro.
Dado que la cafeína, el principal componente del café, es un estimulante del sistema nervioso central que puede aumentar el estado de alerta, reducir la fatiga y mejorar el rendimiento cognitivo en dosis moderadas. Su acción principal es bloquear la adenosina, un neurotransmisor que induce la relajación y el sueño, lo que resulta en un efecto estimulante. No obstante, al tratarse de una sustancia activa, la cafeína también afecta otros sistemas del cuerpo, incluidos el cardiovascular y el metabólico.
Medicamentos que no deben tomarse con café
El impacto de la cafeína puede variar según el tipo de medicamento, ya sea aumentando sus efectos, disminuyendo su eficacia o potenciando los efectos secundarios, como explica el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. En el caso del paracetamol, el analgésico más común para tratar dolores leves a moderados y reducir la fiebre, la cafeína dificulta la eliminación del paracetamol, lo que prolonga su permanencia en el cuerpo. Esto significa que el medicamento puede tener un efecto terapéutico más prolongado o intenso de lo esperado, lo que podría llevar a efectos secundarios como daño hepático si se consumen dosis más altas de lo recomendado.
Las benzodiazepinas, como el diazepam, son medicamentos utilizados para tratar la ansiedad, el insomnio y otros trastornos relacionados con el sistema nervioso central. Estas drogas tienen un efecto sedante, relajante muscular y ansiolítico. La cafeína del café podría antagonizar el efecto de las benzodiazepinas. Esto significa que el café podría contrarrestar el efecto calmante del diazepam y otros fármacos de la misma clase, reduciendo su eficacia y haciendo que los pacientes no experimenten el alivio esperado de los síntomas de ansiedad o insomnio.
Los antipsicóticos se utilizan para tratar trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la psicosis. Estos fármacos son procesados por el hígado mediante enzimas específicas, principalmente el citocromo P450. La cafeína y los antipsicóticos se metabolizan a través de las mismas proteínas o enzimas en el hígado y puede crear una “competencia” entre ambos, lo que puede retrasar el metabolismo de uno o ambos compuestos. Como resultado, el café puede aumentar el riesgo de efectos adversos graves, como confusión o convulsiones, ya que los niveles del medicamento en el cuerpo pueden volverse impredecibles.
Los medicamentos antiepilépticos se utilizan para controlar las convulsiones en personas con epilepsia y actúan estabilizando la actividad eléctrica en el cerebro. El café puede reducir el efecto de los antiepilépticos, lo que aumenta el riesgo de convulsiones en personas que ya están predispuestas a sufrir este tipo de episodios. Además, el efecto estimulante de la cafeína puede interferir con la capacidad de los antiepilépticos para controlar los impulsos neuronales anormales que causan las convulsiones.