Afrontar la depresión cuando no sabes que la tienes: el 47% de los españoles no saben reconocerla porque “se lleva en silencio y se le da normalidad”

El psicólogo Alejandro Gaitán explica los síntomas más comunes de este trastorno y qué hacer para superarlo

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Imagen de archivo de una persona que acude a terapia
Imagen de archivo de una persona que acude a terapia

A los españoles nos cuesta pedir ayuda cuando tenemos un problema de salud mental. A pesar de que, según el CIS, un 19,2% de la ciudadanía tiene o ha tenido algún malestar psicológico en el último año, el 38,8% no pediría ayuda o no sabría cómo hacerlo, revela una reciente encuesta de Pfizer. La situación empeora entre los adolescentes, tal y como apunta un estudio de Unicef y la Universidad de Sevilla: más de la mitad de los jóvenes españoles no pide ayuda ante un problema de salud mental.

Entre los más comunes se encuentra la depresión, trastorno que afecta a 47,8 de cada 1.000 habitantes, según el último Informe del Sistema Nacional de Salud 2023. Pese a ello, la mitad de los españoles no sabría identificar una depresión aunque estuviera sufriéndola. Muchos aluden que la falta de información les dificulta esta tarea y, de hecho, el psicólogo Alejandro Gaitán señala que puede ser complejo discernir entre síntomas depresivos o un trastorno depresivo en sí. La principal diferencia es que, en el primer caso, los síntomas “son temporales y desaparecen al poco tiempo de que la situación que los ha activado mejore”, explica a Infobae España.

En cambio, el trastorno depresivo “implica una combinación más intensa y prolongada de síntomas”. Un episodio depresivo “puede durar desde algunas semanas hasta algunos meses”, pero “cuando estos episodios se mantienen en el tiempo y afectan de manera significativa a la vida de quien los padece, hablaríamos de un trastorno depresivo”.

Este profesional aclara que la depresión puede manifestarse de manera distinta en cada persona y muchas veces “se lleva en silencio y se le da normalidad, haciendo difícil su detección tanto en uno mismo como en otras personas”.

Aunque la enfermedad se sufra en secreto, hay algunos rasgos que se repiten con frecuencia y pueden ayudar a detectarla en nosotros mismos o en nuestro entorno: la pérdida de interés por actividades que antes resultaban gratificantes, tener un estado de ánimo triste o irritable gran parte del día, tendencia al aislamiento, alteración del sueño, disminución del apetito, fatiga o sensación de cansancio gran parte del día y, en los casos más severos, pensamientos sobre la muerte o suicidio. “Este es más difícil de identificar en los demás, pero si te ves teniendo estos pensamientos es importante buscar ayuda en un profesional o en alguien cercano de inmediato”, recomienda Gaitán.

¿Por qué callamos cuando sufrimos?

La vergüenza y el miedo son dos de las principales razones que aluden los españoles para callar su malestar emocional, según los estudios de Pfizer y Unicef. Lo que más se encuentra Gaitán en consulta es “la tendencia a la evitación de esos pensamientos, sentimientos y situaciones que generan malestar”, una estrategia que termina siendo negativa en el largo plazo.

A ello se suele añadir “una gran dificultad para expresar y exteriorizar los sentimientos y los propios pensamientos. Esta dificultad, presente en muchas personas, provoca la aparición de barreras como el miedo a no ser comprendido o a ser rechazado, debido a los propios estigmas, o incluso la sensación de desesperanza, en la cual tras haber intentado por diversos medios encontrarte bien, sientes que nada sirve y no ves una salida”, explica el psicólogo.

En cómo llevamos este problema influye el entorno. “Cuando personas de tu entorno han recurrido a ayuda profesional o familiar, resulta más sencillo solicitar ayuda cuando estás sufriendo. Sin embargo, si en tu entorno no se ha normalizado hablar sobre la salud mental y buscar apoyo, es más difícil recurrir a ella cuando te encuentres en una situación en la que lo necesites”, expresa Gaitán.

“El principal consejo es no afrontarla solo y mantenerse activo”

La falta de recursos y el desconocimiento resulta en que muchos españoles no sepan cómo actuar cuando sufren un trastorno como la depresión. Al menos en un 38,8% de los casos, según la encuesta de Pfizer, aquellos que sufren problemas de salud mental no saben cómo ni dónde pedir ayuda. “Es una sensación muy común”, comenta Gaitán, y algo que se intenta resolver en terapia dando herramientas a los que acuden para que “cuando el malestar se presente en su vida de la forma que sea, se vean con recursos para dirigir esa situación en el rumbo que ellos elijan, en lugar de que sea el malestar el que dirija esa situación por ellos”.

El principal consejo que aporta este psicólogo ante una depresión es “no afrontarla solo y mantenerse activo”. “Muchos de los síntomas que están presente durante una depresión invitan al aislamiento, a la rumia de pensamiento, o ‘sobrepensar’. Expresar lo que sientes con personas que te importan o con un profesional puede ayudar a ver las situaciones desde una perspectiva diferente o valorar opciones que no te habías planteado”, explica. Hablar abiertamente y con empatía, así como buscar ayuda profesional con un psicólogo o médico, es clave para superarlo. En los casos más graves, recuerda Gaitán, puede acudirse al teléfono de la esperanza o la línea de atención a la conducta suicida, el 024.

Pero es cierto que conseguir ayuda profesional puede ser complicado: los pacientes que acuden a la sanidad pública con algún problema de salud mental tardan entre uno y tres meses en conseguir cita en un 44,4% de los casos.

Quizá por eso 1 de cada 3 adolescentes acuda a las redes sociales en busca de información sobre salud mental. Gaitán considera que estas plataformas “pueden ser un recurso de mucha ayuda y utilidad, pero al mismo tiempo peligroso”. “Creo que su utilidad es más bien puntual o genérica, enfocado más a un recurso de mejora personal o del bienestar que a un tratamiento o abordaje de una situación compleja”, aclara. Ante todo, si se acude a las redes sociales, es importante asegurarse de que las personas que escuchamos estén “formadas en carreras oficiales basadas en el método científico (como psicología o medicina) para garantizar que puedan ofrecerte los mejores recursos basados en ciencia. Seguir una línea no científica en una situación de vulnerabilidad como es pasar por un proceso depresivo puede llegar a agravar o empeorar la situación”, concluye.

La estrecha relación entre vivienda y salud mental: un estudio revela que el 40% de la población ha sufrido ansiedad y un 23% depresión.
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