Las alucinaciones auditivas son uno de los síntomas más característicos de la esquizofrenia, una grave enfermedad mental. Cuando una persona esquizofrénica escucha voces en su cabeza se debe a las anomalías de dos procesos de su cerebro: la primera, es una descarga corolaria “interrumpida” que no logra suprimir los sonidos autogenerados por nuestro cerebro; la segunda, es que esa copia eferente es mucho más ruidosa, lo que hace que el cerebro escuche estos sonidos con más intensidad de la que debería.
Estos hallazgos han sido fruto de la investigación que han llevado a cabo los científicos de Universidad de Nueva York en Shanghái (China) y que ya han sido publicados en la revista PLOS Biology. Las personas con esquizofrenia escuchan voces cuando hay una ausencia de sonido, a diferencia de las personas sanas que simplemente oyen el silencio. Esto hace que estos pacientes no puedan distinguir entre sus propios pensamientos y las voces externas, lo que les dificulta que sean capaces de generar pensamientos.
Para realizar este experimento, los investigadores utilizaron electroencefalogramas (EEG) con 40 pacientes diagnosticados de esquizofrenia a los que se les midieron sus ondas cerebrales. Los dividieron en dos grupos iguales: 20 de ellos sí sufrían de alucinaciones auditivas, mientras que la otra mitad jamás había experimentado esa sensación.
Cuando las personas sanas se preparan para hablar, el cerebro emite una señal a la que se le conoce como “descarga corolaria”, que hace que suprimamos el sonido de nuestra propia voz en nuestra mente. Sin embargo, este nuevo estudio ha observado que los pacientes con esquizofrenia, cuando van a hablar, sus cerebros no solo no suprimen esa voz interna, sino que además la hace más ruidosa dentro de sus cabezas.
“Las personas que sufren alucinaciones auditivas pueden ‘oír’ sonidos sin estímulos externos. Un nuevo estudio sugiere que las conexiones funcionales deterioradas entre los sistemas motor y auditivo del cerebro median en la pérdida de la capacidad de distinguir la fantasía de la realidad”, cuentan los autores. Una mejor comprensión de la esquizofrenia podría mejorar los tratamientos para esta enfermedad mental.
La esquizofrenia afecta aproximadamente al 1% de la población adulta de Europa y Estados Unidos, lo que supone unos que 4,4 millones de pacientes diagnosticados. En España, 400.000 personas conviven con esta enfermedad, según los datos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam).
Cómo se trata la esquizofrenia
El tratamiento de la esquizofrenia es un enfoque integral que combina medicamentos, terapias psicológicas y apoyo social. El tratamiento principal incluye antipsicóticos, que ayudan a controlar los síntomas al influir en los neurotransmisores del cerebro, especialmente la dopamina. Estos fármacosson fundamentales para reducir síntomas como alucinaciones, delirios y pensamientos desorganizados.
Además de los medicamentos, la terapia psicológica juega un papel crucial en el tratamiento. Las terapias cognitivo-conductuales (TCC) ayudan a las personas a manejar los síntomas, desarrollar habilidades de afrontamiento y mejorar su funcionamiento social y laboral. A través de estas terapias, los pacientes pueden identificar patrones de pensamiento que contribuyen a los episodios psicóticos y aprender a gestionarlos mejor.
El apoyo social y comunitario también es vital, lo que incluye programas de rehabilitación, vivienda supervisada y asistencia en la reintegración social y laboral. Las intervenciones tempranas y un enfoque de tratamiento continuo son clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir la gravedad de los síntomas. En muchos casos, la esquizofrenia requiere un tratamiento de por vida para controlar eficazmente la enfermedad.