Cualquier superficie, lugar húmedo, o incluso el aire están sujetos a la probabilidad de contener moho. Y es que este hongo compuesto por micelios puede aparecer en casi cualquier espacio, desde el líquido que conserva en buen estado a los pepinillos, hasta la masilla entre los azulejos del baño.
El moho presente en los alimentos es un signo de deterioro y putrefacción, que además, esconde otras toxinas peligrosas para la salud, como las micotoxinas y bacterias oportunistas. Por este motivo, salvo en algunas excepciones, no se debe ingerir un alimento que contenga un pedazos de moho. Incluso retirar esa parte para comerse el resto es inviable, pues en cuanto aparece una pequeña señal, lo normal es que esté completamente contaminado; aunque a primera vista sea invisible.
Asimismo, pesar de que pueden sobrevivir en numerosas situaciones austeras, el moho es natural en ambientes cálidos, húmedos y ricos en nutrientes, según la investigadora científica de la Alianza Mundial para la Mejora de la Nutrición, Elisabetta Lambertini. Por ello hay que tener especial cuidado con algunos alimentos que estén expuestos a espacios con estas características, concretamente: el pan, que puede originar este hongo si no se almacena correctamente.
Cómo evitar la aparición de moho
El moho puede aparecer en el pan y desembocar en una contaminación general en una velocidad acelerada, si no se guarda en un envoltorio adecuado y que no transfiera la humedad al interior. Sin embargo, estos errores se pueden evitar de manera sencilla para obtener una vida más extendida del alimento.
De este modo, Sara Taylor, una experta en higiene alimentaria de High Speed Training, ha explicado en Express algunas estrategias muy útiles para almacenar el pan sin que adquiera este hongo. En primer lugar apuntó que en cuanto habla de la contaminación moho, siempre la preguntan si se debe tirar o conservar “el pan con manchas de moho”. Ante esto, la profesional aclara que, “en general, es mejor tirar el pan mohoso, ya que es probable que el moho se haya extendido mucho más allá de lo que realmente es visible”.
Asimismo, Taylor recomienda “comprar pan de molde”, pues es una opción más económica y efectiva para " mantener el pan fresco durante más tiempo, ya que el moho tarda más tiempo en extenderse por todo el pan”. De esta forma, la experta resalta que “para mantener el pan fresco por más tiempo, es mejor mantenerlo cubierto”. Para ello, recomienda guardarlo en “una panera o en una bolsa de pan, y tratar de mantener el empaque intacto y cubriendo la mayor parte del pan posible”.
Además, en la entrevista, la profesional de higiene alimentaria, ha resaltado un aspecto sobre su relación con otro elemento común en todas las cocinas: el agua. Así, ha explicado que: “debes mantener el pan alejado del agua, que puede acelerar la aparición de moho. Si sueles consumir el pan lentamente, una buena opción es congelarlo”, confiesa.
Esta es, sin duda, una opción idónea para conservar mucho más tiempo el pan para aquellas personas que no lo consumen con tanta frecuencia. Igualmente, asegura que “esto mantiene el pan comestible y evita la propagación del moho”. Por su parte, en cuanto al proceso de deshielo, “simplemente use la función de descongelación en su tostadora para evitar que la rebanada quede empapada”.