El ser humano es un reloj biológico. Y, en el caso de las mujeres, esto es algo que se hace palpable durante la menopausia. Este proceso marca el final de su ciclo reproductivo.
Si bien la menopausia es un proceso natural, sus efectos sobre la salud requieren atención médica, especialmente para el manejo de los síntomas y la prevención de afecciones como la osteoporosis o enfermedades cardiovasculares, que pueden aumentar tras esta etapa.
Cuándo empieza la menopausia
La edad promedio en la que llega la menopausia a las mujeres españolas es a los 51 años, según datos de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).
No obstante, este proceso puede entre los 41 y los 50 años, y más frecuentemente a partir de los 45. Además, también puede producirse lo que se ha denominado menopausia temprana. Esto es, cuando la interrupción del ciclo menstrual tiene lugar antes de los 40 años. Esta condición puede ser causada por factores como predisposición genética, trastornos autoinmunes, intervenciones quirúrgicas o tratamientos médicos como la quimioterapia o radioterapia.
Qué síntomas son comunes durante la menopausia
En los meses o años previos a la menopausia, conocidos como perimenopausia, es común que las mujeres experimenten una serie de síntomas y cambios físicos. Según se indica en el portal especializado en medicina Mayo Clinic, entre los más habituales se encuentran los períodos menstruales irregulares, sequedad vaginal, sofocos, escalofríos, sudores nocturnos, problemas para dormir, cambios de ánimo, aumento de peso, ralentización del metabolismo, afinamiento del cabello, piel seca y pérdida de volumen en los senos.
La práctica regular de deporte es fundamental para mitigar los efectos de la menopausia. El ejercicio ayuda a controlar el aumento de peso y a mantener la densidad ósea, reduciendo el riesgo de osteoporosis. Además, favorece la salud cardiovascular, disminuyendo las probabilidades de desarrollar enfermedades del corazón. A nivel emocional, el deporte alivia el estrés, mejora el estado de ánimo y ayuda a reducir la incidencia de síntomas como los sofocos y los problemas de sueño, promoviendo un mayor bienestar general.
Los signos y síntomas pueden ser muy distintos entre mujeres. Ahora bien, uno de los cambios más frecuentes es la irregularidad en los ciclos menstruales, que tienden a saltarse meses y luego reanudarse, o bien volverse más cortos y frecuentes. A pesar de estas irregularidades, el embarazo sigue siendo posible durante la perimenopausia. Ante la ausencia de un período menstrual, es recomendable realizarse una prueba de embarazo en caso de que este sea una opción posible.
Entre tanto, durante la menopausia es necesario acudir a la consulta médica de forma periódica para tartar cualquier tipo de inquietud o malestar. A medida que avanza la edad, el cuidado preventivo incluye exámenes de detección recomendados, como colonoscopias, mamografías y análisis de triglicéridos. Según los antecedentes de cada persona, el médico puede sugerir otras pruebas adicionales, como estudios de la tiroides o exámenes pélvicos y de las mamas.
En caso de presentar sangrado vaginal después de la menopausia, es fundamental consultar a un profesional sanitario de forma inmediata.