La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como un “estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil”. Todos lo podemos tener, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos, y es común y normal. De hecho, la OMS asegura que es positivo tener un poco, “pues nos ayuda a realizar las actividades diarias”. Sin embargo, cuando pasa a ser excesivo tiene consecuencias físicas y psíquicas negativas, ya que afecta tanto a la mente como al cuerpo.
Los expertos señalan que cuando sufrimos estrés nos resulta difícil relajarnos y concentrarnos, y podemos sentirnos ansiosos o irritables. Pero, también puede causar dolor de cabeza o de otras partes del cuerpo, malestar gástrico, dificultades para dormir o alteraciones del apetito. Los síntomas causados por el estrés pueden variar en función de la persona, al igual que las estrategias que se aplican para hacerles frente. En este sentido, Marian Rojas, la psiquiatra y autora de Encuentra tu persona vitamina, ha dado una herramienta para aquellos que sospechan que sufren estrés constantemente.
En una entrevista para Fin de Semana con Cristina de la COPE, la Rojas explica que uno de los síntomas que podemos observar es la inflamación. “Este es el siglo de la inflamación y hay muchos factores que nos inflaman, como tomar medicamentos inadecuados, no descansar, comer mal, etc., eso no solo te engorda, te inflama el organismo y es origen de muchas enfermedades”, cuenta.
El cortisol y la inflamación
La experta también señala que existe una conexión entre el cerebro y la inflamación: “El cortisol se activa en una situación de emergencia y la inflamación se produce cuando el ejército de células declara la guerra a algo externo. El problema es cuando está activo siempre porque estamos siempre es modo alerta, ahí empiezas a segregar cortisol siempre y tiene influencia brutal en el sistema inmune. Es verdad que a veces es contra algo real, pero otras es contra algo irreal que solo está en tu mente. Yo siempre digo que el 90% de los que nos preocupa nunca sucede”.
“Tanto él como el intestino se pueden inflamar y si se descontrola podemos activar enfermedades graves. Ha pasado con la covid, la ha activado mucho porque activó mucho el miedo, la enfermedad, las noticias negativas. Todo eso hacía que el organismo estuviera en modo alerta sin parar”, añade.
Para hacer frente a la inflamación, Rojas recomienda “hacer deporte, siempre bueno, y además abraza a tus seres queridos y piensa en positivo. Soy muy fan de abrazar a los demás y de los métodos naturales, pero también hay medicinas para ayudarte”.
Cómo controlar el estrés
Dormir bien, hacer ejercicio y mantener una dieta saludable son claves para manejar el estrés, según una guía reciente publicada la OMS. La guía indica que establecer una rutina diaria puede ser beneficioso para sentir un mayor control sobre la vida y aumentar la eficacia en las actividades cotidianas. Programar momentos específicos para comer, compartir con la familia, realizar tareas diarias y practicar ejercicio físico o actividades de ocio puede contribuir a una mejor gestión del tiempo y del estrés.
El sueño es otro factor crucial. Dormir lo suficiente ayuda a reparar, relajar y revitalizar el cuerpo y la mente, facilitando la capacidad de enfrentar el estrés. La higiene del sueño incluye hábitos como acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, mantener el dormitorio en condiciones óptimas de tranquilidad y oscuridad, y limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir. También se recomienda evitar comidas copiosas y bebidas con alcohol o cafeína antes de acostarse, así como realizar ejercicio físico durante el día para facilitar el sueño nocturno.
También incide en la importancia de mantener el contacto social. Hablar con familiares y amigos sobre preocupaciones y sentimientos puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. La interacción social proporciona apoyo emocional y una sensación de pertenencia que puede ser muy reconfortante en momentos de estrés.
La alimentación saludable también juega un papel importante en la gestión del estrés. La OMS aconseja una dieta equilibrada, con comidas regulares y una adecuada hidratación. Consumir frutas y hortalizas frescas en abundancia puede mejorar la salud general y la capacidad para manejar el estrés. El ejercicio regular es otra recomendación clave. La actividad física diaria, ya sea intensa o simplemente caminar, puede ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar el bienestar general.