Esta es la mejor manera de guardar los huevos para que se conserven mejor

El huevo es uno de los productos que nunca suele faltar en las visitas al supermercado. Según el Observatorio del Consumo de Huevo en España, presentado por la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (INPROVO), es el alimento de la cesta de la compra de los hogares que más creció en volumen en el país en 2023. En total, los españoles consumieron 405 millones de kilos de huevos el año pasado, una media de 137 por persona al año.

Pero, aun siendo uno de los artículos más consumidos, hay ciertas características sobre él que nos siguen generando muchas dudas: ¿cuántos podemos comer al día?, ¿cuál es la mejor forma de cocinarlos para mantener todas sus propiedades?, ¿cuál es el mejor sitio para guardarlos?

En muchas casas, los huevos suelen conservarse a temperatura ambiente en la nevera de la cocina o en un armario. Aunque quizás esta no sea la opción óptima. Un experto en declaraciones al medio británico Express, ha resuelto el debate y ha asegurado que el “mejor” lugar para guardarlos es en el frigorífico, si se desea que tengan una larga vida útil. Deben conservarse en el refrigerador para que se mantengan frescos durante más tiempo y lo más importante: para que la bacteria de la salmonela no se multiplique.

Para eliminar el riesgo de condensación (podría facilitar la entrada de microorganismos en el interior a través de los poros) de humedad en la cáscara, se recomienda sacar del electrodoméstico sólo la cantidad de huevos que se utilizarán en cada ocasión. De esta manera, se minimizará el tiempo que estos alimentos pasan a temperatura ambiente, reduciendo la posibilidad de condensación y protegiendo su integridad.

Mientras que en las estanterías del supermercado se exhiben a temperatura ambiente para evitar cambios térmicos bruscos, en casa es mejor refrigerarlos para mantener su frescura y calidad. Los huevos suelen durar hasta cuatro o cinco semanas más si se conservan en el frigorífico, ya que la temperatura fría preserva su frescura y ralentiza la proliferación de bacterias.

En el caso de que no se considere como una opción meter los huevos en la nevera, se puede optar por dejarlos a temperatura ambiente, eso sí habrá que tener en cuenta que su vida útil se reducirá notablemente, sólo aguantarán de una a dos semanas.

La clave para su conservación y la prevención de la salmonelosis es mantenerlos a una temperatura constante, ya que, así estaremos evitando que se forme condensación en la cáscara. Un cambio brusco en la temperatura creará humedad en la que proliferarán las bacterias, que podrían penetrar a través de las cáscaras. Asimismo, estas variaciones harán que la cáscara se contraiga y se expanda, debilitándola y aumentando el riesgo de contaminación.

Independientemente de si sea prefiere guardarlos en el frigorífico o en la encimera, el punto más importante es que se mantengan siempre a la misma temperatura para que no sufran y garantizar que sean seguros para nuestra salud.