Para algunas personas arrancar el día sin café es algo impensable, es el empujón que necesitan para abandonar las sábanas y empezar a ser productivos. Otras tantas, tomarán varias tazas a lo largo del día. Aunque la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda no superar los 400 miligramos al día de cafeína, es decir, no más de 3-4 vasos. Que sea uno de las bebidas más consumidas en todo el mundo ha hecho que sea objeto de numerosos estudios científicos en torno a sus efectos sobre la salud.
Una de las bondades más apreciadas del café es su alto aporte en sustancias antioxidantes. Karen de Isidro, miembro de la Academia Española de la Nutrición y Dietética, apunta que “diferentes estudios muestran una asociación entre el consumo de café y un menor riesgo de padecer ciertas enfermedades, como la diabetes tipo 2, enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares o hepáticas, al igual que diversos tipos de cáncer, como el de piel”. Sin embargo, a pesar de las múltiples cualidades que tiene, hay que tener en cuenta que no se puede tomar con algunas medicinas.
Cuáles son los efectos de la cafeína
La cafeína nos ayuda a estar más alerta y algunos estudios relacionan su consumo con un mayor rendimiento intelectual. No obstante, según apunta la Fundación Española del Corazón, también puede elevar la tensión arterial, provocar insomnio, nerviosismo, arritmia, náuseas, diuresis, irritabilidad, aumentar la intranquilidad y el ritmo cardíaco. Dejar de ingerirla en altas cantidades puede producir síndrome de abstinencia, que se manifiesta con dolor de cabeza y pérdida de ánimo.
Medicamentos que no hay que mezclar con café
El café puede afectar a la absorción de ciertos fármacos, como apunta el portal Welnia, modificando el perfil de su disolución, cambiando el pH gastrointestinal, afectando a las membranas del sistema digestivo y a la sangre, al tiempo de vaciado en el sistema digestivo, a la formación de diferentes compuestos y a la inhibición de la glucosa 6-fosfatasa. Las personas con presión arterial elevada o con cuadros de ansiedad deben tener especial precaución con la ingesta de cafeína. Estos son los fármacos que más interfieren con el café:
Efedrina
La efedrina, como explica la web de Salud y Fármacos, es un estimulante que acelera el sistema nervioso y que se incluyen en descongestionantes y como broncodilatador para tratar problemas respiratorios. También se utiliza para tratar la presión arterial baja, la narcolepsia o los problemas menstruales. Como la cafeína también es estimulante, la combinación de ambas puede producir presión arterial alta, ataques cardíacos, derrames cerebrales o convulsiones.
Antidiabéticos
En algunas personas, el café puede aumentar el azúcar en sangre y limitar la acción de ciertos antidiabéticos orales. Por ello, los médicos tienen que valorar si los pacientes con esta patología tienen un consumo elevar para ajustar la dosis de su medicación.
Teofilina
Se utiliza para abrir las vías respiratorias en los pacientes con asma, bronquitis o enfisema. El fármaco actúa relajando los músculos, abriendo las vías respiratorias y mejorando la respuesta de los pulmones. La cafeínas tiene un impacto similar, con lo cual la combinación de ambas cosas aumenta los efectos de la medicina, así como sus consecuencias, provocando náuseas y palpitaciones cardíacas.
Fenotiazinas
Las fenotiazinas son un grupo de medicamentos que se utilizan para tratar trastornos mentales como la esquizofrenia y otras formas de psicosis. Aunque también se utilizan para mitigar la agitación en algunos pacientes. Los taninos presentes en el café pueden unirse a estos medicamentos y evitar que el cuerpo los absorba con la misma eficacia. Una interacción que se produce si el café se consume de una a dos horas después de haber tomado el medicamento.
Anticoagulantes
Esta bebida puede modificar el efecto de algunos anticoagulantes, ya que ralentiza la coagulación de la sangre y aumenta la posibilidad de que haya hemorragias o se produzcan hematomas.
Antidepresivos
La cafeína puede influir en la acción de los antidepresivos tricíclicos porque los taninos de la cafeína interactúan con estos fármacos.