Las mujeres embarazadas expuestas al aire contaminado tienen más riesgo de sufrir depresión posparto, según un estudio

Se ha observado un sólido vínculo entre los altos niveles de dióxido de nitrógeno y mayores probabilidades de desarrollar depresión posparto

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Una mujer embarazada acude a revisión (Shutterstock España)
Una mujer embarazada acude a revisión (Shutterstock España)

En los últimos años, la evidencia científica está demostrando que la contaminación del aire ataca de manera transversal a la salud humana. Un último estudio ha colocado el foco en las mujeres embarazadas y en la relación de esta polución con la salud mental, mostrando que aquellas que están expuestas a la contaminación del aire durante la gestación tienen mayor riesgo de desarrollar depresión posparto.

La investigación la han llevado a cabo los científicos de la Escuela de Medicina Keck de la University of Southern California (Estados Unidos) y ha sido publicada en la revista Science of the Total Environment. En ella se muestra cómo los elevados niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) o de partículas en suspensión inhalables (PM10) en el segundo trimestre de embarazo incrementan en casi cuatro veces las probabilidades de sufrir depresión posparto, en comparación con aquellas mujeres que no respiraron aire contaminado. Dicho riesgo persiste durante tres años.

MedlinePlus define la depresión posparto como una “depresión de moderada a intensa en una mujer después de que ha dado a luz y se puede presentar poco después del parto o hasta un año más tarde. La mayor parte del tiempo ocurre dentro de los primeros tres meses después del parto”. En España, una de cada diez madres la sufren.

“Lo realmente novedoso de este trabajo es que pudimos extender el examen de la depresión más allá del primer año posparto, y hemos demostrado el efecto sostenido de la contaminación del aire durante el embarazo sobre los síntomas de depresión hasta tres años después del parto”, aclara la doctora Tracy Bastain, profesora asociada de población clínica y ciencias de salud pública en la Escuela de Medicina Keck de la USC y autora principal del estudio.

La quema de combustibles fósiles de los vehículos y las plantas de energía son las principales productoras del NO2, mientras que el PM10 se refiere a las partículas con una dimensión menor de 10 micrómetros de diámetro, lo que incluye desde el polvo y el polen hasta los contaminantes que se desprenden de las fábricas y los incendios forestales. Unos niveles elevados de NO2 y PM10 incrementan el riesgo de desarrollar problemas cardíacos, asma y accidentes cerebrovasculares.

La contaminación del aire se relaciona con un aumento en el riesgo de cáncer de mama. (Fuente: Healthday TV)

Un riesgo de depresión posparto cuatro veces mayor

Para la investigación, los científicos siguieron a 361 madres desde el comienzo de su embarazo hasta tres años después del parto, recopilando síntomas depresivos anuales y comparándolos con las mediciones semanales de contaminación del aire del alrededor de sus casas. Así, encontraron un sólido vínculo entre los niveles de polución y los síntomas depresivos posteriores al nacimiento del bebé.

Las mujeres con niveles más altos de exposición al NO2 durante las semanas 13 a 29 del embarazo enfrentaron un riesgo 3,86 veces mayor de depresión posparto durante hasta 3 años, mientras que las mujeres con niveles más altos de exposición a PM10 durante las semanas 12 a 28 enfrentaron un riesgo 3,88 veces mayor. En general, el 17,8% de las mujeres tuvieron síntomas depresivos después de un año, el 17,5% después de dos años y el 13,4% después de tres años.

Estos hallazgos apuntan a la necesidad de realizar evaluaciones de salud mental continuas más allá de los 12 meses posteriores al parto, según los investigadores, y sugieren que minimizar la exposición a la contaminación del aire durante el segundo trimestre puede ayudar a reducir el riesgo de depresión.

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