SIBO y aumento de peso: ¿existe realmente una relación?

La alteración de la microbiota intestinal tiene un impacto directo en la regulación del peso corporal

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Una joven mide su peso en una báscula (Shutterstock)
Una joven mide su peso en una báscula (Shutterstock)

El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) es una condición caracterizada por la presencia de un exceso de bacterias en el intestino delgado, lo que afecta su funcionamiento normal, según explica la Clínica Mayo.

Una de las consecuencias del SIBO que ha llamado la atención de los investigadores y profesionales de la salud es su relación con el aumento de peso. Esta conexión se debe a varios factores, entre los que se encuentran el desequilibrio de la microbiota intestinal, la malabsorción de nutrientes y la inflamación crónica, que en conjunto pueden tener un impacto significativo en el peso corporal y la salud metabólica. Así lo recoge la nutricionista y dietista Vanesa Cortés en su blog.

El papel de la microbiota intestinal

La microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos que habitan en el tracto digestivo, juega un papel crucial en la regulación del peso corporal. Cuando la microbiota está en equilibrio, facilita la digestión, la absorción de nutrientes y la producción de energía. Sin embargo, en el caso del SIBO, este equilibrio se ve comprometido por la presencia excesiva de bacterias en el intestino delgado.

Una de las formas en que el desequilibrio de la microbiota puede influir en el aumento de peso es a través de la malabsorción de grasas. Las bacterias que proliferan en el intestino delgado debido al SIBO pueden interferir con la digestión y absorción de las grasas, lo que provoca que estas no sean metabolizadas correctamente. En lugar de ser utilizadas como fuente de energía, las grasas pueden almacenarse en el cuerpo, favoreciendo el aumento de peso. Este fenómeno subraya la importancia de realizar un test de microbiota para evaluar el estado del sistema digestivo y determinar si hay un desequilibrio bacteriano que esté contribuyendo al aumento de peso.

Almacenamiento de grasa

Uno de los efectos más notorios del SIBO es la malabsorción de nutrientes, según Cortés. El intestino delgado es el principal sitio de absorción de los nutrientes esenciales, pero cuando está invadido por bacterias en exceso, su capacidad para realizar esta función se ve debilitada. Como resultado, las personas con SIBO pueden experimentar deficiencias nutricionales que, paradójicamente, pueden contribuir al aumento de peso.

La mala absorción de ciertos nutrientes, como los carbohidratos y las grasas, puede alterar el balance energético del cuerpo. Aunque puede parecer contradictorio, la incapacidad del cuerpo para absorber los nutrientes esenciales puede llevar a un almacenamiento excesivo de grasa. Esto se debe a que cuando el organismo no recibe los nutrientes que necesita, puede entrar en un estado de “ahorro de energía”, lo que favorece la acumulación de grasa como reserva energética. Esta respuesta adaptativa del cuerpo puede generar un aumento de peso a pesar de la ingesta insuficiente de nutrientes, lo que hace que para las personas con SIBO resulte difícil mantener un peso saludable.

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Inflamación crónica

Otro factor clave que vincula el SIBO con el aumento de peso es la inflamación crónica. La presencia de bacterias en exceso en el intestino delgado puede desencadenar una respuesta inflamatoria persistente en el cuerpo. Esta afección no solo daña el intestino, sino que también afecta a otros sistemas del cuerpo, incluidos los relacionados con la regulación del peso y el metabolismo.

La inflamación crónica asociada al SIBO puede contribuir al desarrollo de resistencia a la insulina, una hormona clave en el control de los niveles de glucosa en la sangre y en la regulación del almacenamiento de grasa. Cuando el cuerpo desarrolla resistencia a la insulina, las células dejan de responder adecuadamente a esta ella, lo que provoca un aumento de los niveles de glucosa en la sangre y una mayor tendencia a almacenar grasa, especialmente en la zona abdominal.

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