Cuidar del hogar es cuidarse a uno mismo. Por supuesto, el orden nos ayuda a gestionar mejor el estrés y nos permite concentrarnos mejor en el resto de tareas de nuestro día a día, así como disfrutar más de los momentos de desconexión. Pero, más allá de eso, se trata de una cuestión de higiene, y por lo tanto de la salud. Limpiar el polvo, los baños, la cocina, ordenar el salón y la habitación. Pero tal vez una de las labores más importantes, pues se trata del lugar de la casa en el que, realmente, pasamos más horas, es cambiar la ropa de cama.
Renovar las sábanas que utilizamos para dormir puede parecer algo innecesario, o trivial, que sin embargo es muy importante para el cuidado diario de las personas. Esto es algo que la mayoría de nosotros tenemos claro, pero aún así puede surgirnos la duda de cada cuánto hay que cambiar estas prendas. Algunos piensan que debería ser cada dos semanas, mientras que otros defienden que con una vez al mes ya debería ser suficiente.
No obstante, lo cierto es que los científicos recomiendan una frecuencia mayor para esta tarea. ¿El motivo? Pues que, mientras dormimos, el cuerpo se desprende de los restos de piel muerta para renovarse, liberando además sudor y otros fluidos. Esto hace que la superficie de nuestro cuerpo, y las sábanas que están por encima o por debajo de él, se conviertan en campo de cultivo de ácaros y bacterias que se alimentan de todos estos residuos,
Evitar afecciones y mejorar el sueño
Los problemas de salud que puede generar la presencia de estos seres pueden ir desde un empeoramiento de las alergias o la aparición de infecciones cutáneas. Lo más común serán también las irritaciones o eczemas en la piel por estar en contacto con el cuerpo, aunque hay que tener cuidado porque en situaciones de humedad puede provocar incluso la aparición de hongos que podrían entrar en nuestro organismo y perjudicarlo gravemente.
Al respecto, el medio francés l’Intern@ute ha recogido declaraciones de diferentes expertos en la materia para que confirmen si, en vez de cambiar las sábanas cada dos semanas, deberíamos hacerlo cada siete días o incluso más. El doctor Charles Gerba, microbiólogo de la Universidad de Arizona, experto en higiene del sueño, junto con el dermatólogo Alejandro Ruiz, dermatólogo que también se especializa en la salud del sueño en el Hospital Clínico de Barcelona, recomiendan esta misma frecuencia semanal. “Cambiar las sábanas semanalmente reduce significativamente la cantidad de ácaros del polvo y alérgenos en la cama, mejorando la calidad del sueño y la salud en general”, justifica el segundo.
De hecho, si estamos padeciendo alguna enfermedad el lapso en el que deberíamos renovar la ropa de cama debería ser incluso menor. Las sábanas sucias podrían provocar una reinfección o retrasar el proceso de recuperación. Otras situaciones en las que esta labor debería realizarse con más frecuencia es si tenemos animales que estén sobre la cama, o si dormimos con niños pequeños o comemos habitualmente allí, así como si tenemos algún tipo de alergia.